ES gracioso lo que ocurre con las encuestas del CIS. Nadie cree que Pedro Sánchez vaya a ganar las elecciones europeas, como augura Tezanos. Pero todo el mundo ha creído que Se acabó la fiesta, el engendro creado por el influencer (o lo que sea) autodenominado Alvise Pérez va a ser quinto, por detrás del PSOE, PP, Vox y Sumar, y por delante de Irene Montero la de Podemos, la izquierda separatista de Cataluña, el País Vasco y Galicia y la pandilla de Puigdemont. El domingo se verá. Pero ya se ha visto que Tezanos también es un influencer de tomo y lomo, aunque no aparezca bailando en Tik Tok. Pues lo que busca, al convidar a Alvise a la fiesta, es influir a favor de su jefe don Pedro, ese escritor de epístolas a la ciudadanía.

Es cierto que las elecciones europeas han sido propicias al voto pintoresco. Podemos empezó con Pablo Iglesias y Teresa Rodríguez, en unas elecciones europeas. Por no hablar de José María  Ruiz-Mateos, que consiguió dos escaños en 1987. Esta vez el voto del fuera de juego estará capitalizado por Alvise. Algunas personas no saben que este joven de 34 años se llama Luis Pérez Fernández y es sevillano de nacimiento. Y aunque se le considera de ultraderecha, su carrera política convencional la inició en UPyD y en Ciudadanos, donde fue jefe de gabinete de Toni Cantó en Valencia hasta 2019. Tras la crisis de los naranjitos, se echó al monte en las redes sociales como indignado ultra facha.

Los medios de comunicación tradicionales habían ninguneado a Alvise hasta que la encuesta del CIS le ha dado alas al pájaro. La encuesta de Tezanos parece que la cocinó Pedro Sánchez, pues todo lo que sale es estupendo para el jefe. Le han dado posibilidades a Alvise y hasta a Ciudadanos, lo que perjudica a PP y Vox, al propagar que no es un voto inútil. Y, por el contrario, no le concede escaño al Pacma de los animalistas, que aparece en otras encuestas; y que, al ser un voto políticamente correcto y antitaurino, compite con la izquierda progresista. La inutilidad o la utilidad del voto, en unas elecciones de alta abstención, influye en los indecisos y puede cambiar la distribución de escaños.

Sevillano tenía que ser Alvise, aunque su carrera como político ultra no la hiciera en Andalucía, sino en ese patio de Monipodio en que se ha convertido el manejo de las redes sociales por algunos influyentes. Esta profesión, como la de hacker bueno, está ya considerada, cuando antes se les veía como a unos chuflas. El público que los sigue  forma parte de una sociedad cada vez más trastornada, más ajena a la ética y los valores, más fácil de engañar.

José Joaquín León