DECIAMOS ayer que los toldos de la Avenida no han satisfecho las expectativas. Pero, al menos, han servido para poner de actualidad algo que parecía tabú: la supuesta peatonalidad de dicha Avenida. El alcalde, José Luis Sanz, se ha mostrado partidario de la supresión del carril de bicicletas y patinetes. Y es cierto que, en la actualidad, ese carril origina un alto riesgo para los peatones, porque está mal marcado. Los forasteros no iniciados en la carrilera sevillana no captan que eso sea un espacio reservado para que las bicicletas y patinetes circulen por una Avenida en teoría peatonal, por la que también va un tranvía en dos direcciones: hacia la Plaza Nueva y hacia la Puerta Jerez.

El peatón es el último en las prioridades de la Avenida peatonal. El peatón ve venir a los tranvías. Sin embargo, a las bicicletas, y sobre todo a los patinetes, no se los ve venir, en especial cuando circulan a más velocidad de la permitida, que bastantes usuarios de esos vehículos no respetan. Al escribir vehículos ya estamos definiendo que no son como el peatón. Y las bicicletas van a pedales, pero los patinetes de la Avenida, como los de toda Sevilla, suelen circular propulsados, a velocidades superiores a las del futbolista más rápido de la Liga, que es el utrerano Álvaro García, del Rayo Vallecano, capaz de correr a 35,76 kilómetros/hora en sus internadas por la banda. Pues, aun así, los patinetes de la Avenida le suelen superar.

Con lo cual, la intención del alcalde de suprimir el carril (aunque no es carril, sino que está marcado de un modo peculiar) se debe considerar positiva por quienes defienden la peatonalidad. En el orden de prioridades, el peatón debe estar por encima de las bicicletas y los patinetes, también para los ecologistas. Tal consideración prioritaria ya está fijada en algunas calles del centro histórico. Cuando se puede coexistir, vale. Pero no siempre es aconsejable.

Aunque ciertamente disfrutar de una Avenida totalmente peatonal es imposible, porque se debería suprimir el tranvía. Peatonal es la calle Sierpes, por ejemplo. En la Sevilla histórica hay algunas calles malditas, como Águilas y Muñoz y Pabón, en las que se supone que el peatón tiene prioridad, pero los coches y motos es raro que la respeten. ¿Todavía se celebra el Día sin coches? Cuantas más ocurrencias inventan, peor están los peatones verdaderos.

José Joaquín León