SOBRE la calle Mateos Gago se han escrito ríos de tinta impresa. El barrio de Santa Cruz quedaría ennegrecido si se diluyera todo lo que se ha escrito sobre esta calle tan céntrica. Es poco original. Sin embargo, seguimos escribiendo sobre la calle Mateos Gago, porque el Ayuntamiento quiere arreglarla, y de vez en cuando ofrecen ruedas de prensa, como la de los concejales Antonio Muñoz y Juan Carlos Cabrera, para que se siga escribiendo y hablando de la calle Mateos Gago, que dentro de un año y medio será “semipeatonal”, y tendrá el tráfico muy restringido, y habrá menos veladores, y una plataforma, con las bendiciones de la Comisión del Patrimonio, que ya tiene el informe para estudiarlo.

Sobre la calle Mateos Gago se ha escrito mucho, y se suele recordar quién era Mateos Gago, y que antes se llamaba la calle de la Borceguinería (y que era más estrecha y sinuosa), y se incluye alguna cita de Santiago Montoto, por lo común. Pero, aparte de su trasunto literario, la verdad es que la calle Mateos Gago es actualmente un ejemplo de cómo no debería ser la calle Mateos Gago, ni ninguna, porque allí se hacen presentes todas las maldades urbanas, y se descubre que una cosa es la realidad y otra el deseo, como titularía Luis Cernuda, que vivió cerca, en la calle Aire. Todo está al revés de como sería lógico.

Una de las pruebas más terribles es ser peatón en la calle Mateos Gago. Por su calzada pasan coches particulares (no sólo de vecinos), que vienen de la zona de los macetones, así como taxis, coches de caballos, motos, bicicletas (sin carril), patinetes, lo que sea. Todo a mayor gloria de la Semana de la Movilidad. Siempre nos deberían quedar las aceras, pero tampoco. Están llenas de veladores, al punto de no caber más. Y, además, clientes de los bares, que salen al aire libre, y allí que se concentran, como si fuera Martes Santo y bajara la cofradía de Santa Cruz. Ese es un nuevo peligro. Sólo falta que a las cofradías se les ocurra pasar por Mateos Gago, para entrar al revés en la Catedral. Están en ello. Por si acaso, las obras comenzarán después de Semana Santa.

En cualquier ciudad histórica, esta calle no sería semipeatonal, como anuncia el Ayuntamiento, sino completamente peatonal. Opinar sobre el proyecto es absurdo. Esperen a la realidad. En proyecto, tiene Sevilla cinco líneas de Metro. Afortunadamente, el Metro no pasará por la calle Mateos Gago, ni siquiera en proyecto.

José Joaquín León