A propósito de la Agencia Europea del Medicamento que ha perdido Barcelona, ¿qué hubiera pasado, en caso de ser Sevilla la candidata? Probablemente, lo mismo: que hubiera caído en la primera ronda. Entonces no hubieran culpado a Puigdemont, Junqueras y la CUP, sino que dirían que Sevilla era una mala candidata, una ciudad pequeña para esas especializaciones, y sandunguera por lo demás. Lo mismo que dijeron con los Juegos Olímpicos que perdimos. Lo mismo que callaron cuando los perdió Madrid. Lo mismo que también callaron cuando Samaranch puso todo lo que había que poner en el COI para que se los concedieran a Barcelona, en 1992, en detrimento de París.

En Sevilla hay un ansia de capitalidad que se quiere ejercer, pero con demasiados complejos. A la Agencia Europea del Medicamento no se aspiraba, aunque hubiera venido estupendamente. Cientos de extranjeros, como una inundación de cosmopolitismo, para llenar esos miles de viviendas que quieren construir hasta llegar a Alcalá de Guadaíra. Sin embargo, la realidad es diferente. Me contaba Julio Cuesta, todavía comisario del XXV aniversario de la Expo, que Sevilla debería serla capital mundial del caballo. Ahí quedó el éxito del Sicab, que ha vendido el doble y ha tenido más visitas que nunca. Pero Sevilla no se autoproclama capital mundial del caballo, no sea que se enfaden en Jerez. Y mientras, en Madrid, van a organizar la Horse Week, y no tendrán ningún rubor en proclamarse, algún día, capital mundial del caballo y de la yegua, por añadidura.

Dijo Beltrán Pérez, en su conferencia como candidato, digo como portavoz del PP, que Sevilla no debe tener complejos para ejercer la capitalidad de Andalucía. A veces sólo se interpreta en términos de recibir más ingresos del Estado. No es eso. La capitalidad la debería ejercer Sevilla con su influencia, pero se limita a lo de siempre: las Semanas Santas andaluzas imitan a la de Sevilla, las Ferias andaluzas imitan a la de Sevilla. Después se quejan.

Dijo el alcalde, Juan Espadas, cuando le preguntaron por qué no había aterrizado aquí ninguna de las empresas que cambiaron sus sedes sociales de Cataluña, que se trabajaba para la segunda oleada. Sigue sin llegar ninguna mudanza. Y, aunque en la isla de la Cartuja se factura una barbaridad, existen otras preocupaciones. Ni Caixabank ni el Sabadell pujaron por instalarse en la comisaría de la Gavidia.

José Joaquín León