YA se ha inaugurado la iluminación de la Navidad y hoy comienza el espectáculo (o lo que sea) que sustituye al mapping. La Navidad empieza el 1 de diciembre, y cualquier año la adelantarán al Puente de Todos los Santos. Casi todas las iluminaciones navideñas de España  y ciertas partes del mundo son fabricadas en Puente Genil (Córdoba). Pueden ser mejores o peores, según lo que contraten. Pero en esta confusión de los tiempos, en diciembre, de lo que verdaderamente se habla no es de la Navidad, sino de la Madrugada y sus horarios.

Cada cual opina según lo ve y según le va. En el almuerzo del Foro Joly con Javier Solana, en nuestra mesa, no hablamos de Trump, ni del mapping, sino de la Madrugada. Alfonso Pérez de los Santos estaba contento con el cambio de la Macarena, porque pasará por delante de su casa. Los vecinos beneficiados están felices por ver la Esperanza tan cerca. Pero los hermanos del Calvario están que trinan por el rodeo.

Y es verdad que algunos del Cecop querrían más mañana y menos oscuridad, pero la solución no es retrasarlo tres horas, para que el Silencio y el Gran Poder salgan a las cuatro. Teniendo en cuenta que entre 2000 y 2017 todos los incidentes graves han ocurrido entre las cuatro y las seis de la madrugada, por dos causas principales:

1. A esas horas, unos están más cansados y otros más borrachos.

2. A esas horas, las seis cofradías están en la carrera oficial o sus proximidades.

Alargar y despejar el panorama es una medida de más seguridad. Y si la primera cofradía saliera al alba, tendríamos sol, pero ya no habría Madrugada, sino un largo Viernes Santo, y a las 11 de la mañana los golfos pueden estar durmiendo o más colocados todavía, y puede que la Esperanza de Triana se cruzara con el Cachorro.

También se ha dicho que esto no es un sacrificio. Depende de lo que se entienda como sacrificio. Por supuesto, no es como el de Isaac. Pero saliendo de nazareno en la Madrugada ya vas al sacrificio. Lo digo por experiencia. A mí no me han derribado por las calles todavía, pero a algunos hermanos sí, y mi hijo fue en un cortejo arrollado, y he visto niños, padres y madres llorando. Y también digo que si el Gran Poder saliera el Martes Santo, a las siete de la tarde, iría con 5.000 nazarenos, o quizá más.

Así que esos seis hermanos mayores, que han dado la cara, esta vez no se han ocultado debajo de un antifaz. Ni se han iluminado con las luces de Navidad.

José Joaquín León