EL acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos para el presupuesto municipal de Sevilla de 2018 estaba cantado. Javier Millán, el portavoz naranja, desarrolla en el Ayuntamiento una misión más dulce que agria, similar a la de Juan Marín con Susana Díaz en Andalucía. De modo que cuando el alcalde Espadas tiene alguna problemática que requiere de más apoyos, ahí está el amigo invisible, que no gobierna, pero pone el parche. En contra de lo que algunos piensan, eso no es malo, ni tampoco necesariamente bueno, sino que es legítimo, e incluso conveniente. Sin embargo, tiene poca credibilidad cuando Ciudadanos afirma que está en la oposición. Incluso lo dice Albert Rivera cuando viene de visita. Ciudadanos ayuda para lo que haga falta.

No significa que Ciudadanos esté de acuerdo con todo lo que plantea el PSOE en el Ayuntamiento. Para diferenciarse, les cuelan algo: los menores de 12 años gratis en los autobuses de Tussam, pongamos por caso. Un acuerdo de 50 millones en total, según dicen. Así siguen el ejemplo del IBI municipal; o el acuerdo para Sucesiones, que ha dado estabilidad a Susana Díaz en la Junta. El caramelito que no falte.

¿Beneficia o perjudica a Ciudadanos esta actitud? Según lo que ocurra el jueves en Cataluña, el partido de Albert Rivera puede tener otras expectativas, más allá de ver los gobiernos desde la barrera. Javier Millán ya dijo que tras las elecciones municipales de 2019 quieren gobernar en Sevilla. Probablemente, podría ayudar a la mayoría en una coalición, bien con el PSOE o con el PP. Las encuestas que circulan no sitúan a Ciudadanos con opciones de ganar la Alcaldía, pero sí de decidirla. Se supone que en 2019 pactarían con la lista más votada. Y se supone que entrarían en el gobierno local.

Juan Espadas se siente más cómodo con Ciudadanos que con la izquierda municipal, a pesar de que tampoco le hacen la vida imposible. Con IU puedehablar. Participa Sevilla es un grupo condenado a la extinción, a la espera de lo que decidan las bases de Podemos. Susana Serrano tampoco es como Teresa Rodríguez, y eso ayuda a sobrevivir al alcalde. En esas condiciones, el partido más votado (que fue el PP) se ha quedado de espectador.

Ni el PP ni el PSOE se terminan de fiar del amigo invisible, porque saben que en el futuro será más visible. También saben que se puede cambiar de pareja sin ningún problema de conciencia.

José Joaquín León