ES difícil que Andalucía progrese, converja con otras comunidades más ricas y todo eso, mientras no se abandone la mentalidad provinciana que predomina. En cada una de las provincias olvidan que existen siete más. Igual ocurre con la capitalidad. Bien sea por el peso de las diputaciones, o por factores históricos, se impone una mentalidad de fronteras en cada provincia. No son capaces de organizar proyectos conjuntos, en beneficio mutuo. Y, si se pueden fastidiar, no dudan en hacerlo. Para ello no es raro que anuncien proyectos utópicos, como el circuito de Motos y Fórmula 1 que David y José Antonio García han planteado en terrenos de Carmona. Con todos los respetos, y con el máximo cariño, hay que decirles que carece de sentido tener un circuito internacional en Jerez de la Frontera y otro en Carmona, a 100 kilómetros de distancia.

En cualquier país desarrollado del mundo, o incluso en Madrid, se considera que un trayecto de una hora o menos por carretera es metropolitano. Se podrá defender que el proyecto sería privado (aunque debe ser autorizado por las instituciones) y que el de Jerez tiene participación pública. Ahí está la gracia del asunto. El Circuito de Jerez fue un proyecto faraónico de Pedro Pacheco, que tenía el objetivo de acoger pruebas de Fórmula 1, como sucedió desde 1986 a 1990, aunque después, cuando perdió la concesión, sólo ocasionalmente. Sin embargo, desde 1987 hasta la actualidad, el Circuito de Jerez es el templo de las carreras del Mundial de Motociclismo. Aunque organizan pruebas en otros circuitos, la de Jerez es la que recibe más público y tiene más prestigio.

El circuito de Sevilla es el de Jerez, que sólo dista algunos kilómetros más que Carmona. Hay un peaje en la autopista AP-4, pero todavía no han colocado un puesto fronterizo en El Cuervo. Sucede también que en 2008 la Junta de Andalucía pagó 17 millones de euros al Ayuntamiento de Jerez, a cambio del 33% de las acciones del circuito. Por lo que tienen una amplia participación todos los andaluces.

Esta mentalidad de que cada provincia quiere su parcelita de poder se nota en todo. Así en los puertos, como en los aeropuertos, y ahora en los circuitos. Gran parte de culpa es de la Junta de Andalucía, que permite enfrentamientos perjudiciales para todos, en vez de coordinar la oferta y planificar el desarrollo económico de Andalucía con más coherencia.

José Joaquín León