LA izquierda municipal de Sevilla se ha acomodado en la insignificancia. Cuentan con tres ediles de Participa Sevilla y dos de IU, que apoyaron a Juan Espadas para conseguir la Alcaldía. Pero, tras un debut folklórico tirando a circense de los participativos, después han cometido errores de estrategia que los han convertido en un cero a la izquierda. Tampoco IU ha consolidado una personalidad propia, más allá de algunas reivindicaciones y apoyos puntuales a Espadas. Ciudadanos, con tres concejales, ha sido más influyente que la suma de los cinco de Participa e IU. Parece que su futuro no le interesa a nadie, pero podrían ser decisivos, según los resultados.

Hay que tener en cuenta la profunda desunión de esa izquierda. Son los herederos del antiguo Partido Comunista y de la IU verdadera (tan diferente a ese satélite que ha montado Alberto Garzón), que tenía un público en las elecciones municipales. Poco, pero suficiente para entrar en el Ayuntamiento, y para ser a veces determinante, como en los tiempos de Torrijos.

Lo primero que deben aclarar es si se unirán en una sola candidatura, o no. Puede haber una, dos o tres; aunque lo más probable es que se unan. Son tres sensibilidades, como una trinidad atea. De un lado, está Participa Sevilla, situada en la órbita de Podemos, pero que no es Podemos. Poco antes de la Feria, se reunió Teresa Rodríguez como lideresa andaluza podemita, con Susana Serrano, la portavoz de Participa, para hablar de una candidatura única en 2019, bajo las siglas de Podemos, se entiende. Si no hay acuerdo, Podemos presentará la suya, en la que probablemente se integrará IU, ya que el proyecto de Garzón es disolver su formación y reconvertirla en un grupúsculo de Podemos. Participa, por sí misma, no tiene nada que hacer. Así que en 2019 lo normal es que la candidatura trinitaria de la izquierda desunida se presente como Podemos.

Participa ya no tiene sentido. Joaquín Urías, profesor de Derecho Constitucional, la fomentó porque aspiraba a ser el líder local podemita. Sin embargo, perdió y fue elegida Begoña Gutiérrez. Urías, que iba en el puesto 5 de Participa, fue uno de los cuatro negociadores con el PSOE para que Espadas saliera elegido alcalde. Meses después dimitió y calificó a Participa como “un chiringuito antidemocrático”. Todo lo que puede surgir de ahí es impredecible. Han desprestigiado a la izquierda. Ahora Espadas habla de centralidad.

José Joaquín León