EL ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, pasó ayer por Sevilla. Presidió el acto de entrega al Museo Arqueológico de 791 piezas saqueadas en diversos yacimientos, pertenecientes a varias civilizaciones: griega, romana, íbera, tartésica, celtíbera y fenicia. Una maravilla. La noticia ha salido en todos los telediarios. Los posibles aspirantes a turistas de lujo se han enterado de que en Sevilla también existe un Museo Arqueológico, que se encuentra precisamente muy cerca de la Plaza de España espectacular, segunda maravilla del mundo, según la clientela de TripAdvisor. Porque hay que explicarlo a  todo el mundo en general: también existe la Plaza de América.

Esta plaza asimismo fue diseñada y construida por el arquitecto sevillano Aníbal González Álvarez-Ossorio, el mismo que supera en la lista citada a la Sagrada Familia, de Antoni Gaudí. En la Plaza de América, nos dejó un pastiche si se quiere, pero bien planteado, porque hizo un revival arquitectónico de tres estilos: el gótico en el Pabellón Real, el plateresco en el referido Museo Arqueológico al que han entregado las 791 piezas, y el mudéjar en el Museo de Artes y Costumbres Populares.

Parece que la Plaza de América está siempre en obras. Todo tiene problemas, todo se debe mejorar, todo merece más atención de las administraciones. El Museo Arqueológico sigue pendiente de la rehabilitación  por Cultura, que prometió el ministro Íñigo Méndez de Vigo. Estas obras son tipo Metro. La terminación se anunció para 2019. Ahora esperan que estén para 2023, o por ahí. La rehabilitación se encargó a Vázquez Consuegra y es imprescindible para mejorar el Arqueológico.

En el Museo de Artes y Costumbres Populares, del antiguo Pabellón Mudéjar, cerraron salas y hubo desprendimientos, con redes y detalles tercermundistas. La Junta de Andalucía debería tratarlo con más cariño. Y aún más curioso es lo ocurrido en el antiguo Pabellón Real, que ha soportado  usos varios (fue sede de la Junta de Andalucía, cuando el encierro de Rafael Escuredo), hasta derivar en oficinas de la delegación municipal de Empleo. Sigue en obras, desde el verano de 2017, a cargo del Ayuntamiento. El alcalde, Juan Espadas, le quiere cambiar el uso para que sea equipamiento cultural, tras el fallido intento de alojar allí la colección Bellver.

La Plaza de América tiene mala suerte. Es la hermana pobre de la Plaza de España. Algunos la llaman Plaza de las Palomas.

José Joaquín León