EL Cádiz salvó un punto en un partido histérico. Puede parece un resultado bueno, si se considera que estaba perdiendo por 2-0 y por 3-1. Ante un rival, el Sevilla Atlético, hiper motivado, aunque no se jugaba nada (o eso se supone), ya que con 52 puntos estaban salvados desde antes de empezar. Para el Cádiz fue otra oportunidad perdida de asentarse en los puestos de fase de ascenso. Ayer faltó sentido común en los jugadores, acierto en las decisiones del entrenador, y hasta más entrega y ambición en algunos momentos de este loco partido.

OTRO partido condicionado por el fuerte viento de levante, que el Cádiz no supo disputar. Desperdició otra gran oportunidad para ganar y asentarse en los puestos de fase de ascenso. Aunque se ha garantizado la permanencia, en Carranza se está estropeando una posibilidad (quizás histórica) de ascender a Primera. Ante el Reus, el Lugo, el Levante, el Nástic de Tarragona y el Córdoba hemos visto cinco empates en casa, en cinco partidos que pudieron ganar. Con esos puntos, el Cádiz estaría peleando la segunda plaza de ascenso directo al Girona. Pero con despistes como el gol del empate de ayer lo tendrá muy difícil para entrar en las eliminatorias de ascenso. No era ese el objetivo, pero se había puesto tan a tiro…

EN el segundo viaje de la temporada a Aragón, el Cádiz hizo lo mismo que en el primero. En Huesca empató en la última jugada del partido. Ayer, en Zaragoza, lo consiguió en la penúltima. Gracias a un Aitorazo. El extremo talismán había entrado para jugar a la desesperada los minutos de postrimerías. Se pagaban las consecuencias de un error en la última jugada del primer tiempo, cuando marcó Ángel por un memorable despiste defensivo. Pudo costar muy caro al Cádiz.

PUEDE ser que al final de la temporada nos acordemos de ese penalti que lanzó Ortuño, en busca de algún helicóptero. Fue una oportunidad clarísima para decidir este partido. Después de más de ocho meses sin que le pitaran un penalti a favor al Cádiz, a pesar de la falta de costumbre, no se pueden buscar excusas. Ortuño lo lanzó muy mal, como si fuera un central desesperado, de los que chutan a matar pájaros en una tanda. La falta de puntería y la falta de ideas condicionaron el resultado. Ante un Nástic necesitado, el Cádiz perdió una gran oportunidad de dar un paso al frente.

IMPORTANTE victoria del Cádiz en Alcorcón, conseguida después de sufrir más de lo estrictamente necesario. Este partido pudo quedar  sentenciado antes del descanso, tras mostrarse el Cádiz muy superior en los primeros minutos. Pero se complicó por los propios errores y por la actitud temerosa. Si se ganó al final, es porque el Alcorcón demostró que no va a descender a Segunda B por casualidad. Su falta de puntería es asombrosa. El Cádiz debería replantear algunas de sus actitudes equivocadas, y explotar mejor su potencial, porque cuenta con muchas opciones de pelear por el ascenso a Primera. Incluso la segunda plaza no está imposible, aunque ya es difícil.