ESTA vez lo peor fue el resultado. Y lo mejor que el Cádiz ofreció buenas sensaciones en una segunda parte en la que tuvo fútbol y ocasiones para ganar. De todo ello se quedan impresiones agridulces. Porque fue triste no ganar este partido ante un Levante conformista con el empate. Sin embargo, este Cádiz demostró ambición, y también que tiene opciones para situarse entre los seis primeros si lo pelea como ayer. Sólo le faltó puntería y quizá la suertecilla de otras tardes.

FALTAN ocho partidos para el final de la Liga 1/2/3. Hay 24 puntos en juego, de los que el Cádiz necesitaría al menos 15 para consolidarse entre los seis primeros. Hay que tener en cuenta que la media de los últimos partidos no alcanza ese nivel, por lo que se hace imprescindible apretar. Si no quieren resignarse a un final de temporada ni fu ni fa, después de haber cumplido muy a tiempo el objetivo de la salvación. Por todo ello, el gol de Ortuño en las postrimerías de Huesca ha sido muy importante. Una derrota hubiera dejado al Cádiz fuera de las posiciones de privilegio y habría desatado el pesimismo, o incluso el conformismo.

EN los tres últimos partidos el Cádiz no ha ganado y ha mostrado un bajón de juego. Se nota que el equipo ha perdido chispa después de garantizar el objetivo de la permanencia. Este bache comenzó con la dolorosa derrota ante el Tenerife, en un momento en que incluso había claras opciones de pelear por el ascenso directo, tras la victoria en Girona. Siendo positivos se puede decir que ha conseguido dos puntos en los dos últimos partidos, incluso jugando mal, como ayer. Se puede entender que haya un bajón en algún momento de la temporada. Incluso sería positivo si se llega con fuerza al final. Lo malo es que podemos ver un final de temporada mediocre, si no reaccionan pronto.

EL Cádiz consiguió su objetivo, que era empatar (o no perder), según se les notaba desde el principio. En Murcia, ante el UCAM, se vio al equipo de Álvaro Cervera demasiado conformista. Hay como un momento de relajación. Es verdad que defendieron bien, excepto en la jugada del gol. Pero no funcionó el contragolpe amarillo, entre otras cuestiones porque se nota la baja de Abdullah, el único futbolista que no rifa el balón, y porque les condiciona que ya han cumplido el objetivo de la permanencia. Otro propósito mayor parece que no se ha asumido todavía.

TRAS el éxtasis del partido de Girona, una decepción. Ante el Tenerife, el Cádiz fue inferior. Un partido para aterrizar, para valorar que no bastan las armas que han servido para conseguir la permanencia, si quieren pelear por el ascenso. Y es que ya no se debe pelear por otra cosa. Sin responsabilidad, sin presión, pero tampoco sin enturbiar una buena temporada. Más que la derrota, justa y merecida, dolió que el Cádiz casi siempre se quedó a merced del Tenerife. Los amarillos no pudieron ofrecer su mejor versión por las ausencias, por las lesiones y por algunas decisiones discutibles de Álvaro Cervera, que es un buen entrenador, pero es entrenador.