ANTAÑO organizaban actos oficiales de colocación de la primera piedra. Con pico y pala, y enterraban periódicos. Poner la primera piedra en unas obras tiene algo simbólico y casi bíblico. Recuerda al evangelio de Mateo y al salmo: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular”. Y, en el caso de la línea 3 del Metro de Sevilla, se podría añadir lo que viene a continuación: “Ha sido un milagro patente”. Porque milagroso es que empiecen las obras. Aunque en esta ocasión, para celebrarlo, no hubo piedras, sino abucheos a Pedro Sánchez, contestados por otros a Juanma Moreno y José Luis Sanz. Depende de la acera de Pino Montano, si es la derecha o la izquierda. Vivimos tiempos revueltos. Broncas hasta para las inauguraciones.

TRABAJAR como político puede ser una suerte o una desgracia. Pues, según por donde vayan las transparencias y las incompatibilidades, te puede tocar un chollo permanente o te pueden empitonar. Por eso, es gracioso cuando dicen que los profesionales cualificados deberían participar más en la política. ¿Para qué? ¿Para buscarse una ruina? En la empresa privada, o incluso en la empresa pública, ganan más y viven más tranquilos. Y lo mejor no es eso, sino que pueden cambiar de una empresa a otra sin problemas. No les pasa como al ex viceconsejero de Salud de la Junta de Andalucía, Miguel Ángel Guzmán, cuya incompatibilidad va a ser investigada.

SE llamaba Nelson, pero no era el almirante que murió en la batalla de Trafalgar. Pasó por el suroeste peninsular (según dicen los meteorólogos) en modo diluvio universal. Ha dejado agua para un año, y el pantano del Gergal desembalsando y el de Melonares a más del 80%. Ha sido una borrasca como las de antes del calentamiento global. Aunque debo precisar (y lo preciso) que en siglos pasados salían procesiones de rogativas para que lloviera. Al poco tiempo solía llover, y a veces incluso había inundaciones. Por eso, rezar para que llueva es costumbre tradicional y bastante efectiva, aunque los ateos no se lo crean.

LA Madrugada de la Semana Santa de Sevilla es el territorio de los abruptos contrastes. Según las estadísticas, es la jornada con mayor número de nazarenos cumpliendo estación de penitencia y es la jornada con menos público en las calles del casco antiguo viendo las procesiones. Es también la jornada con más fraude en la reventa de sillas y palcos y es la que menos negocio permite a la hostelería. Pero nada de eso tiene interés cuando sentimos el misterio de las calles oscuras, que reflejan por igual la muerte y la vida. Esta noche es única, la luz de plata de la luna se refleja por las esquinas y la vida alumbra la brevedad del tiempo en la frágil llama de un cirio.

EL Miércoles Santo tiene merecida fama de ser uno de los días más difíciles de organizar de la Semana Santa. Por su número de cofradías, por los lugares donde están ubicados sus templos, y por otras cuestiones costumbristas heredadas del pasado. Hoy sale una cofradía ejemplar, que aparece entre las que han crecido más en los últimos años. Según el conteo de nazarenos de 2023, el Baratillo es actualmente la sexta más numerosa de Sevilla. El ranking del G-7 (las que superaron los 2.000 el año pasado) es el siguiente: Macarena (3.355), Esperanza de Triana (2.485), Gran Poder (2.180), San Gonzalo (2.098), Estrella (2.089), Baratillo (2.013) y Los Gitanos (2.012). Como pueden ver, hay una sola cofradía de negro (la del Gran Poder), y hay cuatro de la Madrugada y tres de Triana entre las siete más numerosas. También se puede observar que entre la cuarta y la séptima hay menos de 100 nazarenos de diferencia.