LA falta de remate condenó al Cádiz a otra derrota. Tres partidos sin marcar un gol. El resultado también estuvo condicionado por la alineación que dispuso Álvaro Cervera, decidido a empecinarse en errores evidentes. Acertó con los tres cambios, porque se había equivocado con los tres a los que sustituyó. Así cambió el Cádiz en la segunda parte, en la que fue superior al Osasuna, pero sin puntería en el remate. Los navarros ganaron al modo del Cádiz: un gol a balón parado y a defenderse encerrados atrás. Con eso fue suficiente.

DOS partidos seguidos sin marcar un gol hacen que el Cádiz se desinfle en la pelea por el ascenso directo. Había recuperado buenas sensaciones tras remontar al Oviedo, pero en Soria y ayer ante el Lorca ha decepcionado. Llegaba el Lorca (que ya tiene mucho adelantado para descender a Segunda B) y no fueron capaces de conseguir una victoria muy necesaria. Partido raro, condicionado por la alineación que dispuso Álvaro Cervera, en un ataque de capricho de entrenador. Sin las armas tradicionales, y con la rémora de Jona gafado ante el gol, el Cádiz lo intentó sin acierto ni eficacia.

LO peor no fue la merecida derrota, sino la imagen lamentable que ofreció el Cádiz en Soria. Se vio superado en el marcador y en el terreno de juego. La nulidad ofensiva del equipo amarillo fue muy preocupante. No dio la sensación de ser un firme aspirante al ascenso, ni se le vieron sus mejores argumentos. Al Numancia le bastó un gol, en un garrafal error de marcaje a Pere Milla, para llevarse una victoria que buscó con más fe que el Cádiz. Puede que la ausencia de Alvarito se notara demasiado.

EL Cádiz consiguió una merecida victoria. Por fin acabó con el gafe del Oviedo en Carranza, que comenzó con aquel partido triste en el que se perdió un ascenso y siguió con la derrota de la pasada temporada. También iba ganando el Oviedo ayer, con un gol que se encontraron de suerte. Pero el Cádiz fue capaz de remontar cuando se dedicó a jugar al fútbol, en vez de dar patadones a lo loco. Un golazo de Perea, que rompió su mal fario personal, y un cabezazo de Servando, pusieron las cosas en su sitio. Si alguien mereció ganar fue el Cádiz de la segunda parte, que aprovechó la superioridad por la expulsión de David Rocha.

EN este partido no sólo importaba el resultado. También la situación anímica de los jugadores por la detención y encarcelamiento del consejero delegado, Quique Pina, que era el responsable deportivo y, en consecuencia, el artífice de los fichajes de esta temporada. En el campo, se vio a un Cádiz conservador, pendiente de no perder antes que de ganar. Es obvio que jugando así se puede escapar una buena oportunidad de ascenso, Ayer el Nástic no pudo marcar, pero el Cádiz tampoco y se le vio bastante espeso y conformista.