ALGUNOS carnavaleros piensan que los tipos chirigoteros se dividen en dos: los gaditanos pensados para Cai/Cai y los forasteros pensados para las actuaciones posteriores al COAC. En ese sentido, sacar una chirigota con el Gobierno de la nación, como hizo Vera Luque en ‘Esto sí que es una chirigota’ (2014) es garantía de aparición segura en los telediarios. Aparte de que fue un pelotazo, y por sus propios méritos y la gracia de los tipos, consiguieron el primer premio. Ese formato, adaptado a escala globalizada, es lo que ha incorporado este año el Selu García Cossío en su ‘Grupo de guasa’. Si Vera triunfó con su Rajoy a la gaditana, es evidente que el Selu (tanto si es primero, como si no) tiene todas las papeletas para triunfar con su versión de Trump & cía. más allá de Cortadura.

EN España la presunción de inocencia se aplica al revés: todo detenido o procesado es culpable mientras no demuestre lo contrario. Esto, como otros males del país, es una consecuencia de la política. En España la corrupción se achaca siempre para los otros. Es un asunto filosófico, de largo desarrollo. En el caso que nos ocupa, a Quique Pina ya se le está aplicando la presunción de inocencia al revés. Comprendo que a los hinchas del Cádiz les entre la zozobra y la angustia, recordando que Quique Pina está acusado de blanqueo de capitales y Manuel Vizcaíno pendiente de juicio en el caso Invercaria. Sin embargo, ni Pina ni Vizcaíno han sido condenados, y ni lo uno ni lo otro tienen que ver con el Cádiz CF. Cuyo nombre sale a la palestra con demasiada ligereza.

A estas alturas, camino de los tres años, nadie se puede extrañar por las chapuzas municipales de Cádiz. El chapú es el método habitual del gobierno local. Con el chapú se crea una ciudad chapucera, y peor que será si no se remedia en su momento. En el caso de los autobuses y las lanzaderas, era evidente que sucedería lo que ha sucedido. Pero no por motivos burocráticos, sino porque es un escándalo contrario a la ideología populista podemita. Ya lo escribí el viernes pasado: “gente modesta de las provincias limítrofes, e incluso de la nuestra, a las que perjudicarían con esa decisión, si no dan marcha atrás, como sería de esperar”. La marcha atrás se veía venir. Es lo que mejor les sale.

LA Transición ha terminado. Es la conclusión a la que se llega después del último número de la revista Interviú, que pasa a la historia del periodismo, igual que Tiempo, de la misma editorial. Fueron inventos de Antonio Asensio, que apostó fuerte por un periodismo diferente: uno más ordinario y agresivo en Interviú y otro más serio y riguroso en Tiempo. Ambos con cierto progresismo como bandera, para las costumbres y la política. Sin embargo, con el tiempo, ese progresismo ha pasado a ser sexista, después de la gran confusión que existe en la visión ultra del body. Igual elogian el exhibicionismo pectoral de Femen que el burkini en las playas.

AL reconvertir la antigua Cárcel Real en Casa de Iberoamérica, el Ayuntamiento de Cádiz hizo una apuesta de futuro. Además completó la rehabilitación ejemplar de un edificio que había quedado prácticamente destruido en los años 80 del siglo pasado. Desde 2010, en los años previos a la celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812, la Casa de Iberoamérica fue el centro que acogió importantes exposiciones y actividades. Allí la anterior alcaldesa, Teófila Martínez, tenía puestas muchas esperanzas para que la ciudad siguiera abierta a América, una vez que pasaran los eventos de La Pepa.