CON tantas noticias y curiosidades como hemos tenido en los últimos días (procesiones, incendios, sofocos y la inminente llegada de otro pleno municipal) se nos han escapado varios asuntos de interés general. Algunos días necesitaría tres o cuatro artículos, por cumplir. Pues entre ellos se me habían ido vivos los Juanillos de 2017, como si fueran ninots indultados. Pero viendo los telediarios nacionales, en los que no apareció ni medio minuto de la Magna, aunque sí algún informador en la playa de Cádiz diciendo que hacía mucha calor (la noticia sería que nevara), caí en la cuenta. Esas escenas dantescas de la Noche San Juan en las playas de Barcelona, de Valencia y casi toda la costa levantina, además de La Coruña. ¿Es que los de Costas no se orientan? En media España celebran las Barbacoas de San Juan.

LA Magna Mariana de Cádiz era un homenaje a la Virgen del Rosario por los 150 años de su proclamación como Patrona. Fue muy interesante. En realidad, más que una Magna Mariana, parecían 10 mini procesiones extraordinarias para arropar a la Virgen del Rosario en una efeméride solemne. ¿Pudo hacerse mejor? Pues sí. La procesión tenía un orden aleatorio y faltó criterio en la participación. Las imágenes marianas que salieron y los pasos no son los mejores de Cádiz, ni en lo artístico ni en lo devocional, salvo excepciones obvias. Pero la culpa de eso no fue del Consejo, sino de las hermandades que no salieron. Lamentarlo después está de más.

A ver qué partido tiene lo que hay que tener para reclamar oficialmente que el aeropuerto de nuestra provincia sea compartido y se denomine de Jerez-Cádiz. En esta polémica, se corre siempre un velo de cobardía, porque los partidos que nos gobiernan y hacen oposición son igual de catetos que algunos habitantes de nuestra provincia. No vale decir en Cádiz que esa propuesta les parece muy bien y nos beneficia. Y decir en Jerez que nunca la apoyarán porque es muy mala y les perjudica. O no decir nada, y hacerse los locos, que es la mejor forma de  lavarse las manos en modo Pilato, que no sale en las magnas marianas. Este asunto parece que no va con nadie, a pesar de que un empresario de Cádiz, Emilio Medina, por considerarlo muy beneficioso para el Puerto, se lo propuso al consejero de Turismo, Francisco Javier Fernández, que dijo lo propio del caso. Le parece bien... si se ponen de acuerdo. O sea, balonazo fuera de banda.

SUELE ocurrir en Cádiz que hay muchos enteraos y pocos sabios gaditanos. Algunos los confunden. No es lo mismo. Enteraos son como los de la chirigota del Selu García Cossío, que ahí clavó el tipo, como en otras caracterizaciones psicológicas o psiquiátricas. Mientras que el sabio gaditano es un personaje casi siempre raro. Por supuesto en cantidad, ya que quedan pocos. Y, además, en calidad, ya que no le suelen reconocer los méritos. Recientemente, ha fallecido Francisco Ponce Cordones, un sabio gaditano (nacido en Rota), que tenía 97 años. En su larga vida, alcanzó una trayectoria muy fructífera, que sólo se le ha reconocido a medias.

EN estas vísperas de la Magna Mariana, la Virgen del Rosario pudo lucir ayer su Medalla de la Ciudad. Aunque quienes se han lucido son los responsables del protocolo del Ayuntamiento. Se la entregaron de un modo impresentable, sin la solemnidad que requería la ocasión. Con Pascual Saturio, prior de los dominicos, poniendo cara de circunstancias, recibiéndola él (que probablemente se merece otra), pero sabiendo que era para Ella, para la Patrona de Cádiz, que es la Madre de nuestra Familia. Un acto triste, que vuelve a mostrar las contradicciones del Ayuntamiento: se ofrece un honor como si les diera vergüenza.