SE puede afirmar, sin exagerar, que el Rey tuvo ayer una calurosa acogida en Cádiz. Viendo a Felipe VI presidir el almuerzo de los 150 años de Diario de Cádiz, en la antigua estación, era inevitable pensar que se abría una ventana para reajustar el tiempo. La grandeza de una tierra que alentó aventuras, que sufrió asedios, que ofreció su puerto a los barcos que iban o venían de América. El último rincón que le quedó a España para defender la libertad y promulgar una Constitución. Ese Cádiz, que contó con el firme apoyo de la Corona para sus mejores proyectos, es el que nunca se puede olvidar. Es el “Cádiz de Primera”, al que aludió Felipe VI, como un guiño, en el final de su discurso.

LA procesión del Corpus de Cádiz resultó perjudicada por el calor y el viento de levante. Además de los elementos adversos de este domingo, tiene el condicionante negativo de la esquizofrenia municipal. El alcalde y los concejales y concejalas del equipo de Gobierno unas veces cumplen sus responsabilidades y otras no. Unas veces acuden corporativamente a la cena de un premio del Carnaval (lo cual está muy bien), y después pasan descaradamente de asistir a la procesión del Corpus en nombre de la Ciudad. Después de que la concejala de Fiestas, María Romay, cumpliendo aquella vez con su deber, participara en la presentación del Corpus, junto al deán de la Catedral y el presidente del Consejo de Hermandades.

HAN vuelto, como unos hijos pródigos. San Servando y San Germán regresan a la procesión del Corpus. Los Santos Patronos gaditanos irán en unas andas (cedidas por el Nazareno) delante de la Virgen del Rosario, Patrona de Cádiz, precisamente en este año de conmemoraciones, cuando se cumplen los 150 años de su nombramiento como Alcaldesa Perpetua. Un motivo que hacía aconsejable que también saliera en la procesión el alcalde efímero. Es asunto que se presta a otras consideraciones. Aunque no pierdo la esperanza de verlo el próximo año en el Corpus vestido con chaqué. Hay que seguir avanzando por el buen camino.

ANTES se le llamaba la Operación Bikini, pero supongo que ahora esa denominación estará mal vista en el Centro del Palillero, donde todo es calificado de sexista, y se han vuelto más puritanas que las monjas de clausura en los años 40 del siglo pasado. A lo que iba: en estos días de vísperas del verano, Cádiz se hace gimnasio. O eso es lo que parece, viendo nuestras calles y plazas. Una parte sustancial de la población va vestida como si fueran Aitor, Servando, Nico u otros suplentes del Cádiz, cuando calientan en la banda. Con la diferencia de que hemos pasado, en las calles, de los chandalitos de los barrigones a las mallas estilo pirata de ellas. Ya hay más deportistas que deportistos.

EL Diario de Cádiz siempre fue el Diario de nuestros abuelos. Así como hay una novia con la que se descubre el primer amor, también hubo unos abuelos con los que se descubrió el Diario. Hay un momento duro en la vida, en el que crees que los Reyes Magos son los padres; pero hay otro momento sentimental en el que comprendes que el verdadero Diario siempre es el de los abuelos. Cuando nació el 16 de junio de 1867, tal día como hoy, hace 150 años, es probable que Federico Joly y Velasco cumpliera un sueño. Después fue más fácil, porque desde hace un siglo y medio, todos los Joly han visto que sus abuelos eran los dueños del Diario.