EL Jueves Santo de Sevilla encuentra su colofón en la Madrugada. Cuando se habla de procesiones magnas o extraordinarias, a veces se olvida que la tenemos todos los años. Entre el Jueves Santo y la Madrugada, con un breve paréntesis en la carrera oficial (pero no en las calles, donde hay continuidad), salen 13 cofradías. Entre ellas algunas de las más antiguas y de las que cuentan con más devoción universal. Entre ellas también las que representan la gloria de los Nazarenos. La iconografía de Jesús con la cruz a cuestas alcanza la cumbre de la Semana Santa sevillana en ese enlace de las horas mágicas que conduce desde el Jueves Santo a la Madrugada.

EN otras ocasiones lo he escrito: el Miércoles Santo sevillano es el día de la cruz. Está presente la cruz de Cristo crucificado en los pasos de La Sed, San Bernardo, El Buen Fin, La Lanzada, el Cristo de Burgos y las Siete Palabras. Está también la cruz del Calvario en el misterio de la Piedad del Baratillo. Y la lleva en sus hombros el Nazareno de la Divina Misericordia, que sale en el primer paso de las Siete Palabras. El día se completa con los misterios del Carmen y los Panaderos. Y, si la cruz es el motivo central del día, no podemos olvidar que dos de esos Crucificados (Buen Fin y Siete Palabras) tienen sus templos en la calle San Vicente.

LA librería Reguera estaba situada entre la iglesia de Santa Catalina y la cervecería El Tremendo. En los primeros días de marzo, tan murubianos, ha resultado triste ver sus escaparates vacíos, sin las novedades de libros, que Julio Reguera exponía. Sin embargo, en los últimos días, los libros regresan, la librería ha vuelto a abrir, ahora gestionada por La Botica de Lectores. De ese modo no se pierde su dedicación, aunque cambie la propiedad. En esa zona de Santa Catalina y Los Terceros hay otras librerías de antiguo y de ocasión, y también las hay de novedades en la Puerta Osario.

EL Pregón de la Semana Santa de Enrique Casellas ha sido un éxito. Como ha gustado, como ha tenido muy buenas críticas, puede marcar tendencia. Algunos ya suponen que los pregones van a quedar marcados en los próximos años por esta línea de Enrique Casellas, que se inspira en la poesía popular. Una poesía que entronca con las sevillanas y también con Antonio Rodríguez Buzón. Incluso con Joaquín Caro Romero, aunque con el matiz de que Joaquín es un poeta versátil y académico, que lo mismo puede ser popular a lo Buzón que discípulo de Gerardo Diego, Rafael Laffón y Joaquín Romero Murube. Con eso, quiero anotar que existirá ese riesgo. Una posible proliferación de malos imitadores, que no estarán a la altura de lo que escuchamos el domingo.

EN la Sevilla de finales del siglo pasado hubo dos Gordillos famosos: Rafael, el lateral internacional del Betis, que después jugó en el Real Madrid, y Juan Manuel Sánchez Gordillo, el alcalde rojo de Marinaleda. El Gordillo de Marinaleda se ha ido apagando en el siglo XXI. Es curioso, aunque natural, porque es un personaje del siglo XIX, que tiene cambiados los palitos en los números romanos. Es alcalde de Marinaleda desde hace 44 años. Ha durado más que Franco en el poder, ya que aquel régimen se extinguió a los 40 años. Sánchez Gordillo ha sido él mismo un régimen en Marinaleda, donde creó una comuna o algo parecido, un pueblo fantasma que se regía por sus propias normas. Allí las elecciones eran un trámite rutinario. El jefe hacía y deshacía según su peculiar criterio.