SON las cuentas de la lechera y, además, mal sumadas. La gente está diciendo que van salir 50 procesiones extraordinarias en el último trimestre del año; y que por eso el alcalde, José Luis Sanz, ha deslizado la opción de cobrar una tasa municipal por los servicios de las procesiones. Pero es falso, ya que en las 50 procesiones están incluidas todas las de gloria, que salen en estas fechas todos los años. Más salen en Semana Santa, cuando recorren las calles 71 cofradías y varias agrupaciones parroquiales con sus pasos en10 días, desde el Viernes de Dolores al Domingo de Resurrección. Pero lo más pintoresco es que se plantea cobrar a las hermandades y cofradías, pero no dicen nada ni critican otros eventos que también requieren amplia vigilancia de la Policía Municipal. Eventos con horas extras pagadas a buen precio, debido en parte a la falta de policías.

ESTAMOS celebrando los 25 años de Diario de Sevilla. En la primera portada, abriendo a toda plana, se leía: Tablada moverá más de 250.000 millones. Este periódico ha tenido muchos aciertos, pero aquella profecía de 1999 aún no se ha cumplido. Desde entonces (y desde antes), cuando llega un nuevo alcalde al Ayuntamiento, viene con la firme intención de resolver el laberinto de Tablada. Y todos se van contentos y divertidos, pero tal como han venido. Tablada sigue siendo el gran desperdicio de Sevilla. Allí se puede hacer todo, pero la verdad es que no hacen nada. A la vista está que es una pena. Cuando llegó José Luis Sanz a la Alcaldía, apenas dos días después, insinuó la posibilidad de que los promotores construyan viviendas. Y, de inmediato, salieron los defensores de lo verde, recordando que es zona inundable. Después Sanz admitió que no hay proyecto y apeló al nuevo PGOU.

AL turismo le sucede como a la inmigración. Los debates sobre su futuro están condicionados por una demagogia, un simplismo y un populismo que impiden discernir la realidad, y no acuerdan medidas razonables con serena cautela. La polémica por la tasa turística es el mejor ejemplo. Se sabe por la experiencia de otras ciudades, como Venecia, que aportan más ingresos para atender los gastos derivados de las avalanchas turísticas. Y también que no reducen la llegada de visitantes. Y, por supuesto, no disminuyen el turismo de calidad. Pues unos señores y unas señoras que pagan 200 euros al día (o más) por una habitación de hotel no dejarán de venir porque les cobres una limosnita de cuatro o cinco euritos para los ayuntamientos.

NO serviría sólo para que vengan ricos desde un país comunista. Un chino sevillano me dice que los vuelos directos entre Sevilla y Pekín y/o Shanghái también tendrían utilidad para ellos y sus familias. Pues en Sevilla, según el padrón, viven más de 5.500 ciudadanos chinos, pero se estima que hay unos 11.000. Para que se hagan una idea, en el Ayuntamiento el concejal está a menos de 10.000 votos, si bien Adelante Andalucía consiguió 11.997 (el 3,72%) en las últimas elecciones municipales, y se quedó sin que Sandra Heredia saliera elegida, por no llegar al 5%. Si todos los chinos sevillanos se empadronan y votan, pronto podrían tener un concejal, y hasta la llave para decidir la mayoría en la Alcaldía entre el PP y el PSOE. Aquí viven más chinos que suecos. Y quizás por eso el presidente de la Junta, Juanma Moreno, y el alcalde, José Luis Sanz, vuelven de nuevo sus ojos hacia ese gran país.

SÓLO faltaría que el Ayuntamiento amplíe la Feria, autorizando algunas casetas en la plaza de España. A la misma vez que proclama como día festivo el miércoles, con el martes y el jueves por añadidura. La plaza de España, desde que José Luis Sanz propuso la opción del pago por verla, ha entrado de lleno en el debate de la ciudad. Ya se ha sabido que piensan cobrar “tres o cuatro euros” a cada turista que la visite. De modo que sigue la polémica. Aunque el sevillano y la sevillana, no se sabe por qué, van menos. Algunos sólo se acuerdan de la plaza de España cuando es Domingo de Ramos y pasa La Paz, o cuando acuden para algunas gestiones burocráticas.