A veces se habla del centralismo sevillano en otras provincias andaluzas. No es cierto. En Sevilla no existe tal percepción, sino que incluso se habla de que es perjudicada por la Junta. Probablemente, tampoco sea cierto. Ese centralismo, si existiera, sería por culpa ajena, ya que en otras provincias se dedican a copiar (en ocasiones mal) el modelo sevillano festivo en la Semana Santa y la Feria. Pero sí que existe un centralismo en la propia provincia de Sevilla, que parece limitada a lo capitalino. Sevilla no es sólo la capital. Sevilla son sus pueblos, según recuerda la Diputación, Y entre ellos hay uno muy importante: Los Palacios y Villafranca.
AL alcalde de Sevilla parece que le ha sentado bien la cuestión de confianza. Ya lo escribí: es como el truco del almendruco. Te permite aprobar los presupuestos en segunda instancia, y sin matrimonios de conveniencia con Vox. Si a Jaume Collboni, que es del PSC, le ha salido bien en Barcelona, a José Luis Sanz, que es del PP, le podía salir igualmente bien en Sevilla. Sabido es que los socialistas tienen una habilidad extrema para aprovechar todos los resquicios legales, como se ha visto en el caso de los ERE, que ahora se ha convertido en una nueva versión del inocente-inocente, tararí que te ví. O en los defectos de forma con la amnistía de Puigdemont. Al final, es cuestión de confianza: el que confía gana la porfía. Y así Sanz se puede regocijar nombrando hija predilecta de Triana a Susana Díaz.
SEGÚN la polémica que se montó, cobrar a los turistas por visitar la plaza de España sevillana es una aberración, que sólo se le puede ocurrir a la derecha que ahora llaman ultraderecha. Por el contrario, debe ser progresista que la plaza de España se convierta, durante más de un mes, en un escenario gigantesco para acoger los 29 espectáculos del Icónica Fest, en el que participan cantantes de todos los estilos y tendencias para públicos de todas las edades y las más diversas tribus urbanas. Se ha destacado que este festival es respetuoso con el patrimonio de Aníbal González y el arbolado del Parque. Sólo faltaría que a mitad de julio, cuando termine, hubiera que restaurar la plaza de España porque la hubieran pintarrajeado, como si fuera Itálica.
A pesar de los esfuerzos de Juanma Moreno por darle presencia a la voz de Andalucía, la política española se sigue gestando entre Madrid y Cataluña. Después de las elecciones europeas, los analistas políticos madrileños y catalanes destacaron que el triunfo rotundo del PP en Madrid había sido minimizado por la amplia victoria del PSOE en Cataluña, Y no se valoró que el PP fue el más votado en España gracias a que había vuelto a ganar en Andalucía. Así se confirma el ninguneo de esta nuestra comunidad, que no afecta sólo a lo político, sino también a la singularidad que se ve venir, a la hora del reparto de la financiación.
LOS tranvías de ahora no son como los de antes. Los de antes tenían buena prensa y selecta literatura. Como lo demuestra el tranvía a la Malvarrosa, de Manuel Vicent. En un artículo que publicó Luis Sánchez-Moliní el jueves pasado (era de temática taurina, no tranviaria), recordaba a Vicent como el autor de Tranvía a la Malvarrosa. Vicent ha escrito mucho y bien, pero ese tranvía se le ha quedado como un símbolo. En Sevilla tuvo literatura cofradiera el tranvía que arrolló al paso de la Virgen de la O, en 1943, en la trianera calle San Jorge. A resultas del cual adquirió legendaria fama el capataz Salvador Dorado, conocido como El Penitente, aunque en origen era El Paytente. Pero nos estamos desviando de la parada. El nuevo tranvía de moda es el de Nervión, que es un tranvía interruptus.