LA gente, que se fija en todos los detalles, lo está diciendo: el mejor partido para colocarse es el PSOE. Muy especialmente en Andalucía, en general; y en Sevilla, en particular. Después de la moción de censura, ustedes fíjense a qué partido pertenecen los que cobran un sueldo como gobernantes. La gente dice que Rajoy se ha ido después de reducir el paro un 26%, en comparación con el desastre que había cuando llegó a la Moncloa en 2011. Pero se ha ido dejando sin trabajo a 1.300 cargos del PP, si bien es cierto que no se ha perdido empleo, porque serán sustituidos por 1.300 cargos del PSOE. Y, mientras, el iluso de Albert Rivera pidiendo elecciones cuanto antes mejor. Sin entender la realidad.

SIEMPRE nos quedará Dos Hermanas... Esto es lo que decían algunos del PSOE en los peores momentos, por ejemplo en las elecciones municipales de 2011, cuando los 20 concejales de Zoido en Sevilla para el PP. Francisco Toscano es alcalde nazareno desde hace 35 años. Entró el mismo día que Manuel del Valle en Sevilla, para que se hagan una idea. Nunca ha sido consejero de la Junta, ni ministro, pero se sabe orientar. Con Felipe empezó como abogado laboralista, a Zapatero le llenaba el velódromo y a Pedro Sánchez le vio pronto su encanto, cuando Susana Díaz no le encontraba ninguno y se postulaba ella. Como lo de Toscano es mantener la Alcaldía eterna, no entraba en las quinielas para ser ministro. Y, al final, otra que tampoco entraba se lo ha encontrado: María Jesús Montero.

LA duración de Sánchez es una de las claves para saber si perjudica a Juan Espadas en su carrera para seguir como alcalde. Si el nuevo presidente del Gobierno se limita a pasar las vacaciones de verano en la Moncloa y convoca elecciones en otoño, creo que no perjudicaría al alcalde de Sevilla, sino que incluso lo beneficiaría. Pero si Pedro Sánchez intenta llegar hasta la primavera del 19, con el apoyo necesario de grupos radicales (que le pedirán algo a cambio, no va a ser por su cara bonita), pues probablemente le perjudique. Cuanto más tiempo pase, más se le puede exigir, en el cumplimiento de todo aquello que le reclamaban a Rajoy. La pelota pasará al tejado del PSOE en asuntos de mucha sensibilidad.

ANTES de que aterrizara Pedro Sánchez en la Moncloa, estábamos en pleno debate sobre el turismo de lujo y el turismo de chanclas. No lo olvidemos. Sin dudar de los matices, deberíamos entender que es tan real y confuso como la vida misma. Se conocen casos de ricos con chanclas (las hay de Louis Vuitton y de Chanel, entre otras marcas, algunas incluso con pedrería preciosa), por lo que puede ser engañoso. Lo mismo pasa con los vaqueros rotos y agujereados, que antes eran prendas de mendigas y ahora los lleva hasta la reina Letizia cuando sale por Chueca. Y lo más importante es que no sucede sólo con los turistas, sino que también se puede extender a otras tribus urbanas. A los concejales de Sevilla, pongo por caso. Hay ediles de lujo (algunos incluso llegaron a ministros o presidenta de la Junta) y ediles con chanclas, mochilas y camisetas.

LA precampaña municipal funcionaba barrio a barrio, bulevar a bulevar, árbol a árbol, rata a rata, y cosas así. Se hablaba de turismofobia y apartamentos turísticos. Pero, de repente, se acabó lo que se daba. Al llegar Pedro Sánchez a la Moncloa y desahuciar a Mariano Rajoy, no se sabe lo que puede pasar en España. Nadie lo sabe, aparte de las especulaciones. Pero sí se sabe que tendrá una repercusión en Sevilla, que influirá, en algunos más que en otros. Por ejemplo, con el cambio de ministros, el Metro pasará a depender única y exclusivamente del PSOE, igual que todas esas asignaturas pendientes en los presupuestos generales que van a respetar.