ES normal que en Sevilla se viva con pasión la pantomima bananera de la Generalitat catalana, que han disfrazado de referéndum. Después de pisotear los derechos más elementales de los españoles, empezando por la integridad territorial consagrada por la Constitución, se sienten agraviados, y mantienen el desafío con una desfachatez que supera todas las previsiones. Sin embargo, llama la atención que el guirigay independentista cuente con el entusiasmo del alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo. Además de colocar la bandera estelada catalana en el Ayuntamiento de esta población sevillana, ha anunciado su presencia en Cataluña. Acude como “observador internacional”.

A la Carrera Nocturna del Guadalquivir podrían incluirla entre las celebraciones de San Miguel, que ya cuenta con su Velá en el Muelle de la Sal. La carrera, a la que ahora denominan simplemente La Nocturna (un nombre ideal para un bar de ambiente), se puede considerar más bien como un evento festivo. Tiene un tope fijado en 25.000 corredores, al que se aproximará la participación de esta noche. Si no regalaran camisetas, en el pack del corredor (previo pago de la inscripción a 5,50 euros), probablemente no participarían ni la mitad. Pero las camisetas son bonitas, apañadas, y dan cierto pedigrí de runners para el resto del año. Se puede decir: “Yo corrí La Nocturna”, y los indocumentados en la materia te pueden considerar como un nuevo Martín Fiz.

SE habla mucho de las relaciones con Cataluña. A ver qué dicen hoy en el Parlamento de Andalucía, a ver dónde se coloca cada partido. Ha sido curioso el planteamiento que hemos visto en el acto de apoyo al referéndum de autodeterminación, organizado por el SAT en Sevilla. Parecía que lo importante era el lugar de celebración. Hubo suspiros de alivio, una vez que se aclaró que no lo organizarían en la Universidad Pablo de Olavide, como habían solicitado, y que la convocatoria se trasladaba a la sede del SAT, en la calle Aniceto Saenz, a la vera del Pumarejo. Sin embargo, lo más llamativo no era el lugar, sino el contenido del acto.

DESDE antes del veranillo de San Miguel (que este año puede prolongarse hasta noviembre), a la gente se le había ocurrido decir que Sevilla está más sucia. Ayer el alcalde Espadas admitió que han existido problemas “puntuales” en algunos barrios, y anunció cambios para mejorar el servicio. Los empleados de Lipasam admiten que es normal que Sevilla esté más sucia, teniendo en cuenta que han sufrido 180 bajas en los últimos años, como si los estuvieran exterminando.

UN billete de AVE a 25 euros es como regalar caramelos a la puerta de un colegio. Se forma un jaleo considerable. Hubo 25.399 afortunados y casi cuatro millones de indignados, según los datos de las visitas a la web de Renfe. En menos de dos horas se acabó lo que se daba. Es como los concursos de televisión, cuando llamas a ver si te toca el coche fantástico o un premio de 6.000 eurazos, un suponer. A la mayoría de los que entramos en la web de Renfe no nos tocó el premio del billete. Es lo que suele ocurrir en tales ocasiones. Sin embargo, parece como si todo el mundo viajara en AVE a 25 euros, por la cara.