NOVIEMBRE es el mes en que más se recuerda a Manuel de Falla. Nació en Cádiz el 23 de noviembre de 1876 y falleció en Alta Gracia (Argentina) el 14 de noviembre de 1946. Sus restos reposan en la cripta de la Catedral de Cádiz, junto a los de José María Pemán, que fue amigo del músico e influyó para recibiera sepultura en su ciudad natal. La Fundación Manuel de Falla tiene su sede en Granada, y todavía hay algunos que lo suponen granadino, por sus vínculos y vivencias en la ciudad de la Alhambra. Sin entrar en reivindicaciones catetas, es obvio que la ciudad de Cádiz mantiene una deuda moral con Falla. Empezando por las controversias para adquirir y establecer un museo en su casa natal de la Plaza Mina.

POR su ubicación y su tamaño, Cádiz es una ciudad complicada para el tráfico. Sería deseable un centro histórico peatonal, por el que no circulara ningún automóvil. Pero esa aspiración tropieza con los intereses de unos 50.000 gaditanos y varios miles de turistas. Personas que residen, trabajan o pasan cada día por la ciudad histórica, el Cádiz de siempre, que es el alma de la gaditanía. Tampoco se trata de que vuelvan los coches a la calle Ancha, como antaño. Pero el Ayuntamiento debe adaptarse a la realidad. Por eso, es un acierto que vuelva el tráfico a la calle Veedor, que nunca debió ser peatonal.

NO es sólo la amnistía, sino que además les van a dar todo lo que han pedido para la compraventa de los votos. Se compran y se venden porque no se conceden por motivos ideológicos, sino por intereses y prebendas. Ahora vamos a ver mejor los agravios comparativos ante los mismos problemas. Con una salvedad: mientras en Cataluña se quejan por todo, en Andalucía (y en Cádiz en particular) la gente se traga todo, con una resignación campechana que es lastimosa. En los trenes de Cercanías y Media Distancia tenemos un buen ejemplo para comparaciones. Los Rodalies (como se denominan los trenes de cercanías catalanes) funcionan mal, pero los trenes en Cádiz van de mal en peor.

ESTE artículo es bastante huachafo y lo entenderán mejor quienes hayan leído Le dedico mi silencio, la última novela de Mario Vargas Llosa, con la que el gran escritor se retira. Le ha salido un libro que es mitad novela y mitad ensayo, muy peruano, aunque con toques hispánicos. Para Cádiz es especialmente interesante, porque es una ciudad “un poco genovesa y un poco peruana”, según la glosó José María Pemán. Y porque Cádiz acogió el Congreso de la Lengua Española que se iba a desarrollar en Arequipa (Perú), y porque tuvo protagonismo el cajón, que es un instrumento peruano de necesidad, según Vargas Llosa. Y porque la huachafería es un concepto no sólo de aplicación peruana, y es parecida (aunque no igual) a lo cursi, una palabra que se inventó en Cádiz.

GRACIAS al pacto de Pedro Sánchez con los independentistas, se han vuelto los ojos del público hacia atrás, hacia la memoria histórica de la democracia. Para ver cómo el PSOE está desvirtuando su pasado. Podemos recordar que el PSOE llegó a la Moncloa, en 1982, con Felipe González y Alfonso Guerra, catapultados desde Andalucía, tras el referéndum del 28-F, que hundió a UCD. Y no se hubieran mantenido en el poder durante 13 años seguidos sin Cataluña, pero especialmente sin su granero de votos en Andalucía, donde se erigieron como adalides del andalucismo. Así lo atestigua que gobernaron en la Junta durante cuatro décadas.