DESDE hace muchos años, no se ha visto aquí una obra pública con tanta celeridad como la del Eurovelo 8, entre Cádiz y San Fernando. Habían protestado los ecologistas, pidiendo la paralización de las obras, y antes de que dijeran pío, pío los chorlitejos, ya estaban terminadas. Sanseacabó… Han quedado bastante bien. Y, si algunos de los protestantes se dan una vueltecita por allí, verán que ya hay ciclistas, runners y caminantes. Y que las dunas de Cortadura están cercadas y no se pueden pisotear, ni convertirse en refugio para el vicio, como antes. En este caso, la Junta de Andalucía se ha comportado como era debido. La obra tenía el dinero europeo concedido por Bruselas. Así que vámonos que nos vamos.

LOS datos del INE para el último censo municipal, fechados a 1 de enero de 2023, son concluyentes. Cádiz perdió 1.208 habitantes el año pasado y es la penúltima capital de provincia de Andalucía en población. Está ya a menos de 400 habitantes por encima de Jaén, que es la capital andaluza menos poblada. Pero con la diferencia de que la capital jiennense va hacia arriba, mientras que Cádiz sigue hacia abajo. Con estos datos, se consolida la tendencia cangrejera de ir para atrás, a pesar de las promesas de Adelante, el grupo que sostenía a Kichi, con el apoyo de toda la izquierda gaditana, incluido el PSOE, que le ayudaba cuando le hacía falta. Las promesas fracasaron en casi todo. También en el objetivo de que volvieran los jóvenes y Cádiz rompiera la tendencia a perder población.

EN este país, desde mi más tierna infancia, he podido observar que los árbitros son considerados unos malvados. Lo realmente admirable es que todavía existan árbitros, y no se hayan extinguido como los dinosaurios. Incluso hay uno retirado, Antonio Mateu Lahoz, que después de quedar defenestrado por su arbitraje en el Argentina-Holanda del Mundial de Qatar, dijo que se podía presentar a presidente de la Federación Española de Fútbol, si no había otro mejor. Hubiera sido un curioso sucesor de Luis Rubiales. Con eso vemos que los árbitros no tienen conciencia de las tropelías que cometen. El Cádiz está que trina con los últimos arbitrajes que ha sufrido. Y eso es temible, porque cada vez que trinan y los ponen a parir, aumenta la tragedia.

TODOS los años, cuando inauguran la iluminación navideña, se especula con la evolución del comercio en Cádiz. La capital fue una ciudad comercial, pero ha ido a menos, ya que los principales centros comerciales del entorno de la Bahía están en Jerez de la Frontera y San Fernando. En Cádiz, no existe ningún gran centro comercial al estilo de Bahía Sur, que funciona como tal para la capital. Y fracasó la intención inicial de arropar al CC Bahía de Cádiz, de El Corte Inglés, con un entorno adecuado en el barrio de Astilleros, donde Inditex instaló tiendas y donde primero inició su espantá de Cádiz. Ahora el comercio gaditano, como la ciudad, se divide entre el centro histórico y los extramuros. El Corte Inglés se quedó junto al puente nuevo, como una isla, que funciona por sí misma.

AL llegar el 6 de diciembre, vemos una España tan dividida en dos (o incluso en tres, o en cuatro), que nos sorprende recordar algo que nos une. La Constitución nos unió. Y al llegar su día de conmemoración, los partidos la invocan, hasta los que la incumplen. O los que cumplen sólo lo que les gusta. Se sabe que España es “devota de Frascuelo y de María”, según escribió Antonio Machado. Un sector del pueblo llegó hasta Antonio Machado a través de las coplas de Joan Manuel Serrat, y no saben si lo ha leído o lo han escuchado, como les pasó a Sánchez y a Feijóo cuando se enfrascaron en un debate machadiano para la investidura. España es tierra de María. Y a la Constitución se le profesa devoción, como si fuera el Evangelio de la democracia.