A ver qué partido tiene lo que hay que tener para reclamar oficialmente que el aeropuerto de nuestra provincia sea compartido y se denomine de Jerez-Cádiz. En esta polémica, se corre siempre un velo de cobardía, porque los partidos que nos gobiernan y hacen oposición son igual de catetos que algunos habitantes de nuestra provincia. No vale decir en Cádiz que esa propuesta les parece muy bien y nos beneficia. Y decir en Jerez que nunca la apoyarán porque es muy mala y les perjudica. O no decir nada, y hacerse los locos, que es la mejor forma de lavarse las manos en modo Pilato, que no sale en las magnas marianas. Este asunto parece que no va con nadie, a pesar de que un empresario de Cádiz, Emilio Medina, por considerarlo muy beneficioso para el Puerto, se lo propuso al consejero de Turismo, Francisco Javier Fernández, que dijo lo propio del caso. Le parece bien... si se ponen de acuerdo. O sea, balonazo fuera de banda.
SUELE ocurrir en Cádiz que hay muchos enteraos y pocos sabios gaditanos. Algunos los confunden. No es lo mismo. Enteraos son como los de la chirigota del Selu García Cossío, que ahí clavó el tipo, como en otras caracterizaciones psicológicas o psiquiátricas. Mientras que el sabio gaditano es un personaje casi siempre raro. Por supuesto en cantidad, ya que quedan pocos. Y, además, en calidad, ya que no le suelen reconocer los méritos. Recientemente, ha fallecido Francisco Ponce Cordones, un sabio gaditano (nacido en Rota), que tenía 97 años. En su larga vida, alcanzó una trayectoria muy fructífera, que sólo se le ha reconocido a medias.
EN estas vísperas de la Magna Mariana, la Virgen del Rosario pudo lucir ayer su Medalla de la Ciudad. Aunque quienes se han lucido son los responsables del protocolo del Ayuntamiento. Se la entregaron de un modo impresentable, sin la solemnidad que requería la ocasión. Con Pascual Saturio, prior de los dominicos, poniendo cara de circunstancias, recibiéndola él (que probablemente se merece otra), pero sabiendo que era para Ella, para la Patrona de Cádiz, que es la Madre de nuestra Familia. Un acto triste, que vuelve a mostrar las contradicciones del Ayuntamiento: se ofrece un honor como si les diera vergüenza.
EN esta provincia, por culpa del catetismo localista, es muy difícil aprobar medidas que parecen obviedades. Una de ellas es que el aeropuerto se denomine de Jerez-Cádiz. El nombre de Cádiz (que no es sólo de la capital, sino de la provincia) debe estar presente. Eso no perjudica a Jerez, ya que no desaparecería; y así se refuerza la marca Cádiz, lo que también sería beneficioso para el municipio jerezano. Ahora o nunca. La Diputación Provincial debe ser la encargada de plantear y aprobar esa propuesta. Su presidenta, Irene García, no debe escurrir el bulto, sino implicarse activamente. Sería conveniente y provechoso para el turismo provincial.
SE puede afirmar, sin exagerar, que el Rey tuvo ayer una calurosa acogida en Cádiz. Viendo a Felipe VI presidir el almuerzo de los 150 años de Diario de Cádiz, en la antigua estación, era inevitable pensar que se abría una ventana para reajustar el tiempo. La grandeza de una tierra que alentó aventuras, que sufrió asedios, que ofreció su puerto a los barcos que iban o venían de América. El último rincón que le quedó a España para defender la libertad y promulgar una Constitución. Ese Cádiz, que contó con el firme apoyo de la Corona para sus mejores proyectos, es el que nunca se puede olvidar. Es el “Cádiz de Primera”, al que aludió Felipe VI, como un guiño, en el final de su discurso.