LA Virgen del Rosario, Patrona de Cádiz, se transformó ayer en Galeona. No tuvo necesidad de viajar por mares lejanos, sino que se quedó en su Bahía gaditana. Una patrullera de la Armada la trasladó, desde el muelle hasta Puntales. Al embarcar sus andas, hubo como una nostalgia ultramarina. Ahora es Cádiz la que se asoma al mar para verla. La visita a las parroquias de la ciudad se prolongará hasta el 8 de septiembre, cuando regresará a Santo Domingo. Con este recorrido se cumplirá quizás el acto más emotivo de su 150 aniversario como Patrona.
ALGUNAS grandes ciudades tienen su milla de oro y mercadillos especializados. Londres, París, Madrid… Cádiz tiene su calle Columela y su milla del Piojito. Este año se ha montado el mercadillo en agosto, como pedían sus comerciantes. Quien no ha visto un Piojito en verano con levante, no sabe lo que es un Piojito en su salsa. Esa Avenida de la Bahía en todo su esplendor. El pasado lunes, aprovechando una levantera de fuerza 7 sobre 10 (todavía podía ser peor), acudí a ver las sutilezas de este mercadillo en agosto. Pude comprobar que más del 80% de la mercancía es made in China, o made in PRC, como se lee en las etiquetas para disimular.
PODRÁ gustar o no, pero los del PP tratan al Nuevo Puente de Cádiz con un cariño especial, como si fuera su niño mimado. El delegado del Gobierno en Andalucía y presidente del PP provincial, Antonio Sanz, en una de sus visitas, habló sobre la nueva iluminación, y dijo que va a ser “espectacular”, y la relacionó como un atractivo turístico para la ciudad, y recordó que el Ministerio de Fomento se va a gastar en los trabajos complementarios que faltan 35 millones de euros. Comparados con el fichaje de Neymar son pocos, pero comparados con la Edusi de Cádiz, y lo que montó el alcalde González, resulta que es más del doble.
DESDE que pasó lo que ha pasado en Barcelona, se ha dejado de hablar de la turismofobia. Por el contrario, siempre se dijo que el turista es bienvenido en Cádiz. No hemos tenido incidentes xenófobos con nuestros visitantes. Si en la calle Plocia nos preguntan dónde está la calle Pasquín, jamás hemos tenido la tentación de enviarlos a la Punta de San Felipe. Tampoco el gaditano o la gaditana se han quejado de que Cádiz sea un parque temático. Es una moda que aún no ha llegado desde Sevilla, como el cangrejeo delante de los pasos, o el velador desatado. Sin embargo, en otras ciudades españolas que eran turismófobas (porque hay más turistas, básicamente) eso se ha dicho. Y se lo creen. En Cádiz, a pesar de los pesares, se aprecian ya algunos síntomas de la moda temática.
TENEMOS otro disgusto en Cádiz. El ajetreo del Carnaval no se reduce a las dimisiones de los Autores. Durante varios meses podemos vivir con una enorme inquietud: la fórmula de elección del jurado del Concurso Oficial de Agrupaciones de Carnaval (en adelante, COAC) fue mal acogida. Los colectivos de la fiesta disienten. Esto es muy duro, y dejará sin dormir a un sector de la ciudadanía. Pues no es lo mismo que esté en el jurado su primo Enrique o su cuñado Manuel. Por el contrario, se ha difundido menos un gran éxito: el sistema de puntuación se aprobó “por consenso” en la Junta del COAC. Increíble, pero cierto.