CADA vez que salen unas estadísticas del paro son recibidas con las tradicionales valoraciones, que es lo peor. Al día siguiente, se olvidan de este asunto; menos los parados, claro. Los datos de 2016 en la provincia de Cádiz son contradictorios. Por un lado, hay menos parados y se está creando empleo, sobre todo en el sector industrial (eso es lo que ha salido). Por otro lado, se detecta menos población activa (esto es, menos gente en situación de currar), con un resurgir del ninismo en el hogar, a la vez que disminuyen las familias con todos los miembros en paro. Si no lo entienden, yo tampoco. Se supone que se debe a un auge de la economía sumergida invisible, o que la Encuesta de la Población Activa tiene más fallos que las encuestas electorales. O lo uno y lo otro.

PARA los ciudadanos y las ciudadanas de la ciudadanía, en general, lo más importante debería ser que los servicios funcionen lo mejor posible y al menor coste. Esto es, que sean buenos, bonitos y baratos. Conseguir las tres B, en la ciudad de las tres C. Si eso se logra gracias a la municipalización, yo me apunto a que se municipalice todo lo municipalizable. Si eso se consigue con una privatización, yo me apunto a que se privatice todo lo privatizable. Si eso se consigue a medias, pues vamos a ver. Y si unos dicen que municipalizando se ahorran 300.000 euros; y otros replican que municipalizando se gastarán 120.000 euros más, parece que los concejales no saben sumar, ni restar.

UNA de las principales aportaciones del equipo municipal de Podemos puede ser la recuperación de las Fiestas Típicas Gaditanas. En eso consiste una celebración carnavalesca con fecha fija. Antes en mayo y ahora coincidiendo con el 28 de febrero. El objetivo es el mismo: desligarlo de sus fechas tradicionales, que son los días previos a la Cuaresma.

Al Carnaval lo llamaron Fiestas Típicas Gaditanas desde que fue permitido por el gobernador civil Carlos María Rodríguez de Valcárcel en la posguerra. Se suele decir que lo permitió por dos motivos: uno, porque así se le daba alegría a la gente, después de la trágica explosión de 1947; y otro porque había algunos coristas que eran más falangistas que él. Aquellas Fiestas Típicas Gaditanas se celebraban en febrero. Hasta que en 1967, todavía con José León de Carranza en la Alcaldía y con Vicente del Moral como concejal de Fiestas, tuvieron a bien trasladarlo a mayo. Una fecha fija.

ERA la crónica de una muerte anunciada por él mismo, que no le tenía miedo porque creía en la vida eterna. En los últimos años, fray José Luis Salido sufrió, y no sólo físicamente por el cáncer que supo afrontar con una entereza admirable, sino también por algunas situaciones que resultaron dolorosas y tristes para él. Como ir a Jerez (él que era jerezano y sin embargo gaditano) casi todos los días, olvidándose de sus achaques de salud, para atender la iglesia de San Francisco de la ciudad del vino desde Cádiz. Le dolió que sus hermanos franciscanos se ausentaran de Jerez, la fundación más antigua de esa orden en Andalucía; e intentó minimizarlo a base de su entrega abnegada.

ES muy curiosa la polémica que se ha montado en Cádiz a cuenta del nuevo hotel de Renfe. Ya se ha organizado una mesa redonda en la Asociación de Vecinos Casco Antiguo, donde todos los que intervinieron se mostraron en contra del nuevo hotel. Conozco a los que participaron y son personas cargadas de buenas intenciones. Pero me parece que el más sensato fue concejal de Urbanismo, Martín Vila, que no se pronunció porque todavía no conoce el proyecto. De ahí que le pareciera prudente esperar a que lo presenten. Si es que lo presentan, esto lo añado yo.