EN la semana de la Pascua florida (o sea, la semana después de la Semana Santa) hemos asistido a la ascensión política de Bruno García. El PP lo propondrá para ser el nuevo presidente provincial de Cádiz, ya que Ana Mestre no se puede presentar por su cargo institucional en la Junta de Andalucía. Los dos son de origen jerezano, como casi todos los líderes provinciales del PP desde Antonio Sanz; y los dos se curtieron cono concejales en el Ayuntamiento de Cádiz capital, a la sombra de Teófila. No se puede decir que Bruno estuviera apartado de la política, puesto que es parlamentario andaluz, y ejerce como portavoz de Turismo y Política Municipal. Pero sí que aparecía en otro plano. Su nuevo cargo le dará galones y quizá se vuelva a hablar de él como supuesto candidato a la Alcaldía de Cádiz en 2023. Esto último es bastante dudoso, ya que Juancho Ortiz sigue ahí y podría intentarlo por segunda vez.

EN este país existe una doble moral para la derecha o para la izquierda, para unos temas o para otros, según el catecismo ateo que algunos se han inventado. Pero el problema va a peor, porque están consiguiendo el efecto contrario. Pongo un desgraciado ejemplo: desde el pasado domingo, por culpa del incidente del estadio Carranza, ha aumentado el racismo. Y no por la frase atribuida a Cala, sino porque después se han escuchado barbaridades. Como tantas veces, ha sido peor el remedio que la enfermedad. Y eso nos lleva al alcance de las ideas, en una sociedad como la nuestra, encarajotada por una parte, crispada y sectaria por otra, donde la moderación y el buen talante entre los que piensan diferente se han venido abajo, ante tanto odio. Pues con los alcaldes pillados in fraganti hemos visto otro episodio curioso.

ES inaceptable que insulten a una persona por el color de su piel, sea blanca, negra, amarilla, roja, cobriza, o lo que sea. Igual de inaceptable es que insulten a una persona por su etnia, por su país de origen, o por su ciudad de nacimiento. Incluso es inaceptable que insulten a una persona, en general, y le digan “hijo de puta”, aunque no le digan “blanco de mierda”. A partir de ahí, sería condenable que Juan Cala le dijera a Diakhaby lo que dicen que le dijo. Pero nadie lo ha oído. Porque ese es el problema: se trata de la palabra de un futbolista, que lo afirma, contra la de otro, que lo niega. Ni el árbitro, ni los auxiliares, ni el VAR, ni ningún jugador del Cádiz, ni tampoco ninguno del Valencia lo oyeron. En las imágenes de televisión, al menos en las ofrecidas, tampoco se aprecia, y el que habla primero parece que es Diakhaby. No se trata de convertir a una víctima en culpable, pero tampoco se puede condenar a nadie sin pruebas, por una frase supuesta.

HOY es el Viernes Santo más raro de la historia reciente. Una Semana Santa con cultos y conmemoración de la Muerte de Cristo, con su liturgia, con imágenes que pueden ser visitadas en sus templos… Hasta ahí, como los de siempre. Y, sin embargo, será un Viernes Santo sin pasos en las calles gaditanas, sin palcos ni sillas en la carrera oficial, sin penitentes ni cargadores, sin ese ambiente especial de este día, entre el luto que se proclama por el Cristo de la Buena Muerte en la cruz, el cansancio de la Semana Santa que se agota, y también las vivencias de otro año más, que esta vez ha sido un año menos. La Semana Santa de las calles, con la celebración, el gozo, la tristeza y los ritos, se ha quedado en blanco. O en negro. Se ha desvanecido, entre las sombras de su ausencia.

EN la Semana Santa de Cádiz, el Miércoles Santo es el día de los misterios. Recuerdo que a principios del siglo XXI, en una retransmisión en directo de la Semana Santa gaditana por Canal Sur TV, a la que me invitó a participar Fernando Pérez, lo dijimos varias veces: “Hoy es el día de los misterios”. Después del Bicentenario, en las retransmisiones de la Semana Santa gaditana de Onda Cádiz TV, con Guillermo Riol y Carmen Mas, también lo dijimos varias veces: “Hoy es el día de los misterios”. De modo que los misterios del Miércoles Santo gaditano los tenemos muy trotados, y no es ninguna novedad que hoy sea el día de los misterios en Cádiz. Ni que se diga otra vez, en este año 2021 tan peculiar, que hoy el Miércoles Santo es más misterioso que nunca.