EN la ciudad de Cádiz, cuando se hablaba de cepas, siempre se remitía a La Cepa Gallega, de la calle Plocia, con su buen ambiente. Pero ahora se ha puesto de moda la cepa británica, que ha llegado de Gibraltar, como los estraperlos, pero referida al coronavirus. Por culpa del aeropuerto de los yanitos, que era un coladero de cepas británicas, en la ciudad de La Línea, y en toda la comarca del Campo de Gibraltar, se pusieron de coronavirus hasta arriba, con tropecientos casos estraperlados por cada 100.000 habitantes, y con todo lo no esencial cerrado. Desde allí se la han contagiado al resto de la provincia gaditana, a pesar de los confinamientos perimetrales. Ayer el consejero Jesús Aguirre dijo que la semana próxima la cepa británica superará a la cepa de Wuhan en Andalucía. Se advierte para quien no lo sepa.

 

Ya estamos en Cuaresma. Después de dejarnos sin Carnaval, ahora le toca a la Semana Santa. Es un complot contra las esencias y las fiestas más enraizadas en esta trimilenaria ciudad. Y en los alrededores, pues no se salva nadie de las restricciones. Juanma Moreno y Juan Marín, en sus declaraciones recientes, han admitido que están acongojados. Pues la cepa británica se contagia que es una maravilla. También han dicho que vienen “picos duros”, como suelen ser los picos, por otra parte. Un pico blando no es un pico en condiciones. Y así las cosas, es probable que las medidas no se relajen para Semana Santa. O sea, que puede que impidan viajar entre Cádiz y San Fernando. Después dirán que los gaditanos son muy catetos porque han recorrido poco mundo. Excepto los emigrantes.

Algunos cofrades se frotaban las manos pensando en viajar para ver las exposiciones organizadas en Sevilla, Málaga o Antequera, no sólo la del Museo en Cádiz. Sin embargo, los aguafiestas de la Junta han rebajado las expectativas. Y nos advierten que esta provincia es la apoteosis de la cepa británica. En Cádiz ya es la predominante, por encima de la cepa china de Wuhan, según dice el consejero Aguirre. Como sigamos así, con la cepa británica, en Cádiz todos hablarán inglés, en vez de gadita, o puede que lenguas extrañas, como el día de la Torre de Babel.

Los más ultras proponen: ¿y por qué no les cerramos la Verja otra vez a los yanitos? Consideran que la cepa británica ha entrado por culpa del libertinaje permisivo, y por ir a comprar chocolate de todo tipo cuando no había que desplazarse a Gibraltar. Los puertos y los aeropuertos necesitan más vigilancia, según dijo Juanma Moreno. Todo lo malo viene de fuera, y por eso encierran a la gente. Ya sólo faltaría que aparezca la cepa gaditana.

José Joaquín León

DE Columela a Bahía Sur se fue Zara, para tener una tienda más grande. Y después Amancio Ortega le cogió el gustirrinín a lo de pirarse de una ciudad con alcalde anticapitalista, y ya se puso en plan de me lo voy a llevar todo. Y en esas lamentaciones estábamos, cuando ha llegado la Cuaresma, en pleno vía crucis de pérdidas de empleos, en los dolores del paro que os vais a enterar, cuando nos enteramos de que Primark va a abrir su tercera tienda en la provincia con más coronavirus de Andalucía. En Bahía Sur, precisamente. En el espacio del que se piró El Corte Inglés, que todavía resiste en la ciudad de Cádiz, como si fueran los penúltimos de Filipinas.

EN la ciudad de Cádiz, siendo las nueve de la mañana o por ahí, el jurado del COAC no hará públicos los premios. Pasará a la historia que por culpa de un coronavirus asqueroso prohibieron el Carnaval de Cádiz en 2021. Peor todavía que en los tiempos de Franco, cuando inventaron las Fiestas Típicas Gaditanas. Después saldrá Pablo Iglesias diciendo que esto no parece una democracia. ¿Por quién lo dirá? Hoy era la noche de los cuchillos largos. Hoy era cuando Kichi y su equipo de gobierno se disfrazarían. Hoy era cuando los afortunados en el sorteo acudirían al Falla. Hoy era cuando las agrupaciones de siempre y dos sorpresas cantarían en la gran final. Hoy era la noche más larga y más esperada por la afición.

LOS hinchas del Cádiz están furiosos porque dicen que les roban los partidos incluso con el VAR. Y que se aprovechan del fútbol del coronavirus a puerta cerrada, pues ya no se les puede decir “árbitro guapetón” en Carranza. Yo no sé por qué se extrañan, pues era cuestión de tiempo que aprendieran a manejar el invento. Y como unas cosas quedan a criterio de los árbitros, y otras son interpretaciones, y ahora me voy a ver la televisión, y ahora con la personalidad que tengo voy a decir justamente lo contrario de lo que dije hace dos minutos cuando ya lo vi a un metro, pues así nos va. A los que se fijan en mis profecías (y las recuerdan según cuándo), se lo advierto: el día después de ganarle al FC Barcelona por 2-1 se lo dije a unos amigos: el Cádiz es un firmísimo candidato a descender a Segunda. Por varios motivos, y no sólo los árbitros.

SE habla y se escribe mucho de la presión hospitalaria, pero en esta pandemia echamos en falta el nuevo hospital de Cádiz. Seamos serios. Los gobiernos, tanto del PSOE como del PP, sólo construyen las infraestructuras cuando detectan un nivel de exigencia alto. Sin embargo, cuando los ciudadanos acogen los proyectos con indiferencia pasota, o son sumisos a las cancelaciones (como ocurrió en Cádiz), eso que se ahorran. Les resulta más beneficioso gastárselo en otras ciudades donde los reclaman con más ganas. Así que buena parte de culpa de que el Hospital de Puntales sólo sea un solar con jaramagos es de los gaditanos y de las gaditanas, de la sociedad civil, que no exigió ese proyecto como una necesidad urgente.