ESTAMOS en la semana del fin de curso cofrade. Esta vez no terminó en junio, sino que se abrió un paréntesis. Muchos asuntos aguardan en el congelador, se habla menos del Martes Santo al revés o al derecho, o de la Madrugada a la que ya sólo le faltan drones vigilando cada cortejo. No es por casualidad, sino porque el jueves los 124 hermanos mayores decidirán entre el actual presidente en funciones, Antonio Pîñero, y el actual tesorero, Francisco Vélez, para saber quién es el próximo presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías. Está por ver quién se come los polvorones en el cargo, que será el mismo que se coma los marrones que le esperan.

EN las campañas electorales hay una especial predisposición a las chorradas. Esto lo escribí el sábado pasado y lo podría repetir todos los días, como cuando el profesor castigaba a los niños en el colegio. En plena campaña andaluza se ha difundido que Sevilla es una ciudad segura. Esta conclusión se basa en el Balance de Criminalidad, donde la tasa ha bajado del 68% registrado en 2017 al 64,4% en el periodo de enero a septiembre de 2018. Estos datos los presentó el subdelegado del Gobierno, Carlos Toscano, que los atribuyó a los méritos de la Policía Nacional y la Guardia Civil, gracias a la gestión socialista, frente a los recortes de los tiempos del PP. En la realidad, el subdelegado Toscano tomó posesión el pasado 2 de julio, por lo que él ha estado en el cargo menos de tres meses del periodo de nueve meses que analizó.

EN las campañas electorales hay una especial predisposición a las chorradas. Todo se mira con lupa. A Juanma Moreno Bonilla, el candidato del PP, no le perdonan una foto. Y si él empezó con el equipo alineado ante el puticlub Don Angelo para hablar de las tarjetas de la Faffe y criticar los abusos de la Junta, y siguió con la excursión del PSOE de la tortilla, después se la han devuelto con la foto de la comida con Pablo Casado en un McDonalds. Esa famosa hamburguesería no es sevillana, sino americana. ¿Y qué hacía un chico andaluz como él, comiendo esos alimentos yanquis? Menos mal que después se hizo otra foto en una fábrica de polvorones de Estepa junto a Juan Ignacio Zoido. Si es por fotos, no va a quedar la cosa así.

ESTABA cantado, sin necesidad de coro, que el cardenal Carlos Amigo Vallejo iba a tener una calle en Sevilla. Y que sería lo más pronto posible, pues ha tardado demasiado. En realidad, el único problema era dónde. No se trataba de un asunto menor. No es lo mismo que dediquen una calle en un polígono industrial apartado de la civilización hispalense, que en un barrio de los de menos renta de España, o en un lugar céntrico donde el metro cuadrado de calle se trocea y se cotiza por las nubes. Además de que el personaje, felizmente, está vivito y predicando. Casi tan activo de emérito como cuando ejercía de oficio en sede. Se trataba, pues, de un asunto peliagudo.

LAS iglesias sevillanas también están sometidas a los vaivenes de las modas. De repente se habla de un templo que está abandonado desde hace años (por ejemplo, la iglesia del convento de Santa Clara), pero después vuelve a quedar tapado por el manto polvoriento del olvido. Es el caso de San Hermenegildo. Con este templo nadie sabe lo que hacer. En realidad, nadie lo quiere. Es un caso en que la Iglesia, por un lado, y el Ayuntamiento, por otro, han jugando al ping-pong, echándose la pelotita unos a otros, de modo que lo mismo sirviera para una capilla o para una sala de arte moderno. Conclusión: no sirve para nada.