ANTES se decía “Fulanito vive a cuerpo de rey”, y no era por don Juan Carlos I, que acaba de publicar sus memorias. Sin embargo, ahora (cuando no invitan al…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ABEL Moreno Gómez es un triunfador. Y eso despierta la admiración en la gente sencilla, y es lo que se quedará para la posteridad. Pero también origina envidia, entre los que intentar regatear méritos. Abel Moreno es una figura de la música popular sevillana, andaluza y española, pero no siempre…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

ESTO no es como el huevo y la gallina. Lo primero fue el huevo de Colón, te guste o no. Si Cristóbal Colón no hubiera descubierto América, en Cádiz nadie podría celebrar el Tricentenario del Traslado de la Casa de la Contratación en 2017. Básicamente, porque no se hubiera contratado nada en las Indias. Si Hernán Cortés no hubiera conquistado México, no sé cómo iban a llegar los galeones a Veracruz. Sin embarcar el oro y la plata en Cartagena de Indias, sería inexplicable que los comerciantes gaditanos del siglo XVIII fueran tan ricos, y que vinieran aquí franceses, holandeses, alemanes o italianos para hacer negocios con América. Si la conquista sólo hubiera sido un genocidio, los ilustrados de Cádiz se enriquecieron con sus beneficios, y los naturales de otras naciones europeas (que vinieron a invertir sus capitales) tampoco serían inocentes.
NO es cierto que las cofradías de Cádiz hayan tensado las relaciones con el Ayuntamiento que encabeza José María González Santos, después del plantón para el Voto de la Patrona y la negativa a imponer la Medalla de la Ciudad al Nazareno. Lo que sucede es que son dos gotitas más para rebosar el vaso del desprecio que están sufriendo. Sobre este asunto ya he escrito varios artículos, incluso antes de las elecciones municipales de 2015, cuando alerté que para las cofradías y la Semana Santa no sería igual si ganaban unos u otros. Entonces algunos dijeron que era alarmismo, y que no iba a pasar como en la Segunda República. Por supuesto que no, pero el origen del odio es igual: no es el laicismo, entendido como neutralidad ante la religión católica, sino esa actitud anticlerical que aún mantiene una cierta izquierda casposa. Que, además, es revanchista.