LOS Reyes de España vinieron el miércoles a Cádiz para presidir la entrega de las 32 medallas de las Bellas Artes. Fue un evento cultural que recordó los fastos del 2012. Fue una pena que los Reyes de España, en vez de venir a Cádiz para entregar las medallas de las Bellas Artes, no hubieran viajado para inaugurar la ampliación del Museo de Cádiz, donde por cierto tenía su sede la Academia de Bellas Artes. Estas obras del Museo están pendientes desde el siglo pasado. La culpa no es de los Reyes. Cuando se planteó este asunto, don Felipe era príncipe de Asturias y doña Letizia todavía presentaba el telediario de TVE. Desde entonces, hemos tenido dos reyes, cinco presidentes del Gobierno de España y cuatro de la Junta de Andalucía. Y así sigue el Museo, que es una pena para las Bellas Artes de Cádiz.
SEAMOS serios, por favor, que ya no estamos en Carnaval. Es cierto que el tiempo de la Pascua florida también debe ser alegre. Pero que no nos cuenten monsergas. En la provincia de Cádiz no puede haber restricciones el próximo verano, excepto que la política del agua sea desastrosa. En cuyo caso, el problema es humano, no divino. Venimos de una Semana Santa en la que Grazalema ha batido el récord de España de lluvias, con cerca de 500 litros por metro cuadrado. Venimos de una Semana Santa en la que el pantano de Los Hurones se llenó y ha comenzado a desembalsar agua hacia el de Guadalcacín. Venimos de una Semana Santa en la que el río Guadalete parecía el Danubio, por no decir el Ebro, que es el río que más agua desperdicia en España. Venimos de una Semana Santa en la que el Señor Despojado salió el Domingo de Ramos y volvió el Domingo de Resurrección. Venimos del diluvio, pero sin Noé.
HOY es Viernes Santo y la cofradía de la Expiración saldrá de la iglesia del Carmen, si el tiempo no lo impide. En Cádiz todo está en movimiento. El Carmen era un convento y una parroquia, ya no es ni lo uno ni lo otro; pero, gracias a Dios y a los carmelitas descalzos de San Fernando, sigue siendo una iglesia, que este año ha acogido a dos cofradías de penitencia. Una, la del Prendimiento, sale habitualmente de allí. Y otra, la de Expiración, se mudó porque está cerrada por las obras la parroquia del Santo Ángel, conocida como la Castrense. Es su sede actual. Aunque Expiración fue fundada para dar culto a un Cristo de la escuela genovesa que se encontraba en la parroquia de San Lorenzo. Procedía de la antigua iglesia de los Descalzos, que estuvo en la Plaza, en el lugar del edificio de Correos, hasta 1868. Entonces el Crucificado fue trasladado a San Lorenzo.
TRES torres y seis cofradías hay en mi barrio de Santa María. Esto lo podría decir un pregonero y colaría. Porque el barrio tiene las torres de la Merced, Santo Domingo y Santa María. Y tiene ya seis cofradías de penitencia, de ellas tres en la Merced (Sentencia, Siete Palabras y Nazareno de la Obediencia), dos en Santo Domingo (las Cigarreras y la Santa Cena) y una en Santa María (la del Nazareno), Además, en ese barrio reciben culto la Virgen del Rosario, patrona de Cádiz, y el Nazareno, regidor perpetuo de la ciudad. Tiene méritos para que lo consideremos el barrio más cofrade y más santificado de Cádiz. En competencia con el Pópulo, que mantiene en la parroquia de Santa Cruz, la Catedral vieja, a cinco cofradías (Sanidad, Medinaceli, Perdón, Santo Entierro y Aguas), convirtiéndose así en el templo con más pasos de Cádiz.
A la Semana Santa gaditana, por segundo año consecutivo, le faltará una cofradía: la Oración en el Huerto. En Cádiz, el Domingo de Ramos comienza en el barrio de San José, con la Borriquita, que sale de la parroquia, y el Señor Despojado, que sale de Salesianos. Y hoy mismo se pone el punto final a la Semana Santa de Extramuros. Cuando llegue el Jueves Santo, las calles de San Severiano se quedarán silenciosas, y por la Puerta de Tierra no pasará el Señor confortado por el ángel, ni la Virgen de Gracia y Esperanza. Esta ausencia es un fracaso para la Semana Santa gaditana. ¿Y de quién es la culpa? De todos. Porque han creado dos partes irreconciliables, empeñadas en una solución que complica el problema.