LA explosión de 1947 en Cádiz castigó especialmente al barrio de San Severiano. Se ha recordado estos días, es historia. Sin embargo, cuando se cumplen los 75 años de aquella catástrofe, parece que hubieran sufrido otra explosión en esa zona singular de Cádiz, contigua a la de Bahía Blanca, que debería estar entre las más cuidadas de la ciudad. Viendo los terrenos baldíos de San Severiano, donde se iba a construir la Ciudad de la Justicia, la pregunta es: ¿hubo otra explosión y no nos hemos enterado? Una vez más se comprueba que el mayor problema de Cádiz no es la falta de terrenos, sino la falta de líderes.

LOS aires difíciles de Cádiz soplarán el domingo con un eco de Lunes Santo en agosto. Va a ser coronada canónicamente la Virgen de las Penas en la Catedral. La dolorosa viñera salió el miércoles, tras una misa en la calle de la Palma, para ir a Santo Domingo, la Casa de Acogida donde espera la Virgen del Rosario para las coronaciones gaditanas. Esta tarde, la Virgen de las Penas irá a la Catedral, tras recorrer el barrio de Santa María y hacer estación ante el Nazareno. Y el domingo regresará a La Viña, ya en su paso de palio, y recorrerá las calles gaditanas en una noche de verano, dejando estampas insólitas para el recuerdo. La coronación está plagada de singularidades. Tres procesiones con tres pasos diferentes. Y quedarán dos vírgenes coronadas: Palma y Penas. Gloria y Dolor. Dos caras de una sola Virgen, que es la Reina de La Viña.

UNO de los grandes monumentos de Cádiz es el oratorio de la Santa Cueva. Sin embargo, se debe añadir que la parroquia del Rosario, con la que forma un complejo religioso y artístico, es otra joya. Sus responsables actuales, los padres Óscar González y Rubén Virués, la mantienen estupendamente. Todo está muy cuidado e identificado. Recomiendo vivamente la visita. También a los gaditanos, que suelen ser los que peor conocen el Cádiz artístico. Se considera la Santa Cueva como una herencia que nos dejó el marqués de Valde-Íñigo, que hizo muchísimo más por Cádiz que algunos alcaldes, y no sólo el que ustedes piensan.

LA lista de los consejeros de la Junta de Andalucía tiene algo de sorteo de lotería. Y no porque a unos les toquen los premios gordos, a otros las pedreas o las terminaciones, y a otros un sofocón. La lista de los consejeros de la Junta de Andalucía se utiliza con algunas claves. Por ejemplo, es costumbre que siempre incluyan a un consejero de todas y cada una de las ocho provincias andaluzas. De modo que debe haber un mínimo de ocho consejerías para complacer a todas. Pero cuando hay 13 consejerías, como en el nuevo Gobierno andaluz de Juanma Moreno, algunas provincias pueden repetir. Y ahí es donde se ve la gracia del reparto. En esta ocasión, a la provincia de Cádiz le ha correspondido sólo una consejería: la de Antonio Sanz en Presidencia. Aunque siempre se puede decir que es la más importante, en lo político, que no en la gestión.

HA fallecido Luis Gonzalo González, que fue un gran artista, además de profesor y académico. Fue también un personaje peculiar, que se podría definir como un gaditano que nació en Jerez, o como un jerezano que vivía en Cádiz. Con Luis Gonzalo, como con Pilar Paz Pasamar, se podía ver que el mundo de la provincia se divide en dos mitades: Cádiz y Jerez. Son complementarias, por el contraste, como Sevilla y Cádiz, según lo definió Fernando Villalón y lo redefinió Antonio Burgos. Luis Gonzalo era muy jerezano en Jerez y muy gaditano en Cádiz. En ambas ciudades tienen mucho que agradecerle. Me parece que su obra es más reconocida y agradecida en Jerez, a pesar de que él eligió Cádiz para vivir su etapa de madurez creadora y su jubilación activa.