TODOS los años la gente dice lo mismo: el mundo se para en Cádiz cuando llega el Carnaval. Bueno, todos los años no. Porque el último concurso lo organizaron fuera de temporada, como en los tiempos de las Fiestas Típicas Gaditanas. Por suerte, la pandemia se acabó, o eso parece, porque ya no cuentan los muertos, ni vemos al doctor Simón. Ya sólo exigen mascarillas para viajar en el transporte público, pero esa limitación terminará pronto. En Cádiz la gente llegará a los días grandes del Carnaval sin mascarillas, sólo con máscaras. El Carnaval ha vuelto a la normalidad. Y se volverá a decir que el Carnaval tiene la culpa de todos los problemas de Cádiz. Como si el Carnaval fuera el alcalde.

EN los dos últimos partidos disputados en el estadio llamado Nuevo Mirandilla (antes Carranza) al Cádiz CF le han mangado cuatro puntos por la cara. Teniendo en cuenta que el equipo es malo, no sería necesario que los árbitros lo conviertan en peor de lo que ya es. Hacen falta fichajes en enero. Pero es intolerable que se burlen de un club de Primera División y de su afición. Es una falta de respeto y hasta de buena educación. Las felonías no vienen de esta temporada, sino que ya la anterior fue de semejante porte. El Cádiz se salvó en la última jornada, gracias a que Jorge Molina, jugador del Granada, falló un penalti ante el Espanyol. Si lo hubiera marcado, ahora los partidos del Cádiz serían de la Liga Smartbank (más conocida como Segunda División).

ALGUNAS veces los artículos siguen su propia vida y tienen hijos. Decíamos el viernes pasado que el Campo del Sur es una joya, y de ahí se comunica hoy que la Alameda es otra joya. Sólo en Cádiz hay una alameda como esa Alameda. Decíamos el viernes pasado que un alemán, Hans Josef Artz, se enamoró de Cádiz y ha fotografiado sus paisajes marítimos con un preciosismo admirable. Pues ese mismo alemán me envió un video, que ya se ha subido a Youtube, para ilustrar el sonido mágico de una de las mejores pianistas japonesas, Azumi Nishizawa. Se titula Recuerdos de Cádiz. Es un descubrimiento enorme: Cádiz, la ciudad de la luz, es también la ciudad de la niebla.

APENAS faltan cuatro meses y medio para las elecciones municipales. A estas alturas es sorprendente lo que está sucediendo en Cádiz con la candidatura del PP. En principio, todo hace suponer que la Alcaldía para el periodo de 2023 a 2027 (en el que la ciudad se juega mucho, después de ocho años de Kichi) se va a disputar entre la izquierda situada a la izquierda del PSOE y el PP. Y es improbable que el PP obtenga la mayoría si no presenta una candidatura de primer nivel para ilusionar a su electorado y a los que votaban a Teófila sin ser de los suyos. Es decir, no hace falta estudiar Ciencias Políticas para entender lo que hay en juego, y lo que se debe poner encima de la mesa para las urnas.

SE suele decir que quienes peor valoran a Cádiz son los gaditanos. Aunque se podría matizar que no todos. Las autoridades locales van al tuntún, sin las ideas claras. Por lo común, fijándose en cuestiones secundarias y sin abordar las prioridades. Podríamos poner muchos ejemplos. Sin embargo, hay foráneos enamorados de Cádiz, que vienen, compran segundas residencias, y que la valoran con cariño. Cádiz es ahora un lugar de retiro para jubilados y de veraneo para jóvenes. En las fotos de redes sociales, es frecuente que aparezcan paisajes de Cádiz. Y se podría afirmar que el Campo del Sur se lleva el primer puesto, como el mejor paisaje de la ciudad. Junto a las puestas de sol de la Caleta.