EL Cristo de la Humildad y Paciencia, de la parroquia de San Agustín, es una de las grandes joyas artísticas de la Semana Santa gaditana. Y, además, es una de las devociones históricas de la ciudad. En este Cristo se encarnan los principales valores artísticos del barroco en Cádiz. No es una obra de los tiempos de la Casa de la Contratación, sino anterior: del siglo XVII. El Cristo de la Humildad y Paciencia está fechado en 1638 y es la primera obra de Jacinto Pimentel en Cádiz. Fue encargado un año antes en Sevilla, donde residía. A Pimentel se le considera autor de la Virgen del Carmen (1638), el Cristo de la Expiración de San Francisco (1655) y el Señor de la Columna (1661).

HOY, Viernes de Dolores, comienzan las procesiones de Semana Santa en Cádiz. Nuestra ciudad es diferente. Mientras en otras, como Sevilla y Jerez, las cofradías que salen antes del Domingo de Ramos aspiran a entrar en la Nómina de la Semana Santa, en Cádiz una que salía el Viernes Santo, la VOT de Servitas de los Dolores, se cambió al Viernes de Dolores. Eso le ha facilitado que la vea más público, y que la acompañe la banda de música sevillana del maestro Tejera, quizá la mejor de Andalucía, entre otras ventajas. Otra novedad será mañana el Nazareno de la Obediencia, de la Merced, procedente de la ampliación de la archicofradía de gloria. Por cierto, el criterio del Obispado de que la Semana Santa empieza el Domingo de Ramos para las estaciones en la Catedral es el mismo que se aplica en Sevilla.

EL Congreso de la Lengua Española ha tenido una inauguración cajonera. Las dos noticias principales que han llegado a la gente sencilla que usa la lengua con naturalidad son: 1. Que el rey Felipe VI estuvo cajoneando después de inaugurar el congreso, con lo cual se puede suponer que lo más importante de su viaje a Cádiz ha sido tocar el cajón. 2. Que el alcalde Kichi llegó tarde a la Casa de Iberoamérica y a la comida, demostrando que no está preparado para los protocolos y cosas así, o eso les parece a quienes lo consideran impresentable para eventos internacionales de este tronío. Así que vamos por buen camino. Es una pena que no haya venido Mario Vargas Llosa, que fue el artífice de la concesión del Congreso de la Lengua Española a Arequipa, antes de que se lo adjudicaran a Cádiz en el rebote.

AL Mercado Central de Abastos siempre se le ha llamado La Plaza en Cádiz. En ese mercado se ha hablado mucho en gaditano y se ha contribuido a la difusión del parlamento de Cai. Pues no todo está en el Carnaval y en el flamenco (que también), como creen nuestras autoridades, sino que el pueblo le da vida al habla, como ha explicado el profesor Pedro Payán. Y el pueblo de Cádiz son los gaditanos en general. Estos días, con motivo del Congreso de la Lengua Española, las paredes de la Plaza se han llenado de palabras gaditanas. Y se ha vuelto a recordar ese evangelio lingüístico del gadita que es el libro El habla de Cádiz. Algunos parece que lo han descubierto ahora, pero se publicó por vez primera hace 40 años.

LA residencia del Tiempo Libre formaba parte del catálogo de proyectos imposibles de la Junta de Andalucía en Cádiz, junto al Hospital de Puntales y la Ciudad de la Justicia en el solar de Tolosa Latour. El edificio abandonado del Tiempo Libre dio mucho juego para mis artículos en esta sección, para reportajes de José Antonio Hidalgo y otros compañeros, para las lamentaciones típicas gaditanas. Era un desperdicio, a la vera de la playa Victoria, algo incomprensible, que en cualquier ciudad turística no se consentiría. ¿Alguien se imaginaba un mamarracho semejante en Málaga? Pasaban los años, y allí seguía la antigua residencia abandonada, con aluminosis, según decían unos y negaban otros.