TODAVÍA estamos en la octava de San Francisco de Asís, así que le voy a dedicar este artículo en su versión gaditana. Con esa gracia de Cai, tan peculiar, cualquier día, al salir de viaje, nos podrían decir: “¡Anda, que viajas más que el cuadro de San Francisco del Hospital de Mujeres!”. Ese cuadro, que pintó El Greco, y que se titula La visión de San Francisco, va de un lado a otro, y donde menos tiempo pasa es donde debería estar: en la iglesia del Hospital de Mujeres. Un templo, por cierto, donde algunos gaditanos y gaditanas jamás lo han visto. Sí, sí, jamás. Y no sólo por los viajes del cuadro, sino porque a esa iglesia no va casi nadie. Aunque el Hospital de Mujeres, en general, y el San Francisco de El Greco, en particular, deberían estar en el top 10 para quienes quieran conocer los tesoros de la ciudad.

COMIENZA un puente festivo que desemboca en el lunes 7 de octubre, la fiesta de la Virgen del Rosario, Patrona de Cádiz. Curiosamente, Cádiz debe ser de las pocas ciudades que no tiene unas fiestas patronales lúdicas propiamente dichas. En esto volvemos a recordar a Paco Alba y ‘Los julianes’, cuando cantaban aquello de “Hay quien dice que Cádiz no tiene fiestas”. En Cádiz hay muchas fiestas, pero no existen unas fiestas patronales, como en la mayoría de los municipios. A San Servando y San Germán se les ningunea. La mayoría de la gente gaditana no sabe ni qué día es su fiesta. Y a la Virgen del Rosario se la quiere mucho y se la venera, y estos días el pueblo cristiano acude a Santo Domingo. Es una fiesta religiosa, indudablemente, aunque carece de ese trasfondo de otros eventos patronales.

UNA vez que pasaron los fastos de la Cádiz fenicia, hay que darle un repasito a una de las curiosidades del evento. Fue criticado que concedieran la realización de monumentos efímeros a un artesano valenciano llamado Alejandro Santaeulalia, por un importe de 88.000 euros. Las críticas no se han debido a la calidad de las construcciones realizadas en homenaje a los fenicios, sino a que era valenciano. Adelante Izquierda Gaditana, siempre tan progresista, incurrió en un caso de xenofobia evidente. La crítica se basaba en que no se lo hubiera concedido a artistas gaditanos, lo que les parecía lamentable. Eso nos remite a la autarquía en los primeros tiempos de Franco, después de la guerra civil, cuando el régimen apostaba por la producción interna bajo el lema “jornal para los nuestros” .

LOS responsables de que Ciencias de la Educación no se traslade desde el campus de Puerto Real al edificio de Valcárcel son la Junta de Andalucía y la Universidad de Cádiz. También tienen responsabilidad la Diputación Provincial, que es la propietaria de ese edificio, y el Ayuntamiento de Cádiz, que se dedicó a exigir sin poner nada a cambio. Desde que empezaron a hablar del traslado, en la Junta han gobernado consejeros del PSOE, Ciudadanos y el PP. En la UCA, los dos sectores del estamento universitario local: el liderado por González Mazo y ahora por Mantell y los de Piniella. En la Diputación, el PSOE y el PP. En el Ayuntamiento, el PP, la izquierda insumisa y otra vez el PP. Ningún partido es inocente, ni tiene derecho a decir que iban a hacer lo que no hicieron. A pesar de todo, gracias a la tradicional inoperancia gaditana se ha evitado un gran error.

SE puede considerar que ha sido un éxito de público, que es lo importante para la organización. Los recuerdos de nuestra historia, que prometió Bruno García al llegar a la Alcaldía, han comenzado por el principio, que es la Cádiz fenicia. En estos días de septiembre, Cádiz ha vuelto a ser Gadir. Y se ha conseguido algo infrecuente: que Cádiz aparezca en los telediarios nacionales por algo que no sea un suceso, la droga o el Carnaval. El espectáculo caletero de La Fura dels Baus ha llamado poderosamente la atención allende Cortadura. Y se ha destacado que tenía su toquecito carnavalesco, con la colaboración de afamados coristas.