LA residencia del Tiempo Libre formaba parte del catálogo de proyectos imposibles de la Junta de Andalucía en Cádiz, junto al Hospital de Puntales y la Ciudad de la Justicia en el solar de Tolosa Latour. El edificio abandonado del Tiempo Libre dio mucho juego para mis artículos en esta sección, para reportajes de José Antonio Hidalgo y otros compañeros, para las lamentaciones típicas gaditanas. Era un desperdicio, a la vera de la playa Victoria, algo incomprensible, que en cualquier ciudad turística no se consentiría. ¿Alguien se imaginaba un mamarracho semejante en Málaga? Pasaban los años, y allí seguía la antigua residencia abandonada, con aluminosis, según decían unos y negaban otros.

UNA vez más, el alcalde de Cádiz, José María González Santos, ha cometido un error. Esta vez al criticar a la Junta de Andalucía por las obras de un tercer carril en la AP-4, en el tramo entre Dos Hermanas y Las Cabezas, en vez de hacerlo en Cádiz. Como se ha recordado, las obras no estarán a cargo de la Junta de Andalucía (donde ahora gobierna el PP de Juanma Moreno), que carece de competencias en esa autopista, sino del Gobierno central (donde ahora gobierna el PSOE de Pedro Sánchez, en coalición mal llevada con Unidas Podemos), por lo que es imposible que la Junta efectúe ninguna obra en la AP-4. Es grave que un alcalde (aunque ya va de recogida) confunda la titularidad de las carreteras principales de su provincia y la vecina. Pero lo peor no es eso, sino que no tenga en cuenta las verdaderas necesidades de Cádiz.

PARA comprar algo es necesario que alguien lo venda. Es un principio elemental del comercio. No se puede comprar nada si alguien no lo vende. Ni se puede vender si alguien no lo compra. Esto lo recuerdo porque el caso de Enríquez Negreira lo están presentando como si el FC Barcelona hubiera comprado partidos y adulterado las competiciones, pero sin señalar a los vendedores. Y supongo que si compraron algo sería porque hubo árbitros que se vendieron. Y, si no se vendió ninguno, es imposible que alteraran el resultado de ningún partido por influencia arbitral. En conclusión: si hubo compraventa, con un intermediario llamado Enríquez Negreira, además del comprador habrá que decir quiénes son los árbitros vendedores, si los hubiere.

EXISTE una gran expectación por la llamada Torre Abu, que será el edificio residencial más alto de Cádiz, con 20 plantas. Allí construirán 96 viviendas y una piscina en las alturas con zona chill out. Todo se ha vendido ya, según informó José Antonio Hidalgo. Es una promoción, a cargo de una empresa sevillana, que tendrá repercusión. Pues, tras aprobarse una torre con 20 plantas, no sería descartable que el PGOU se pudiera reformar para incluir rascacielos en según qué lugar. No en la plaza del Palillero, ni en la calle Ancha, por supuesto, pero sí en algunas zonas de Extramuros donde lo mismo daría ocho que ochenta. Los rascacielos ya se intentaron con el Cádiz Tres y otros proyectos, la mayoría descabellados. Pero si alguien viaja a Hong Kong, o a otras metrópolis, verá que un edificio de 20 plantas es pequeño, comparado con lo que existe por ahí.

AL llegar otro 8-M, los partidos intentan aprovecharse del voto femenino, y no sólo del feminista. Así han montado varias polémicas artificiales. Aparte de la fecha para aprobar las modificaciones de la ley del sí es sí, está ese anuncio oportunista de Pedro Sánchez para que las empresas tengan un 40% de mujeres en sus consejos. Pero lo más curioso es que en la política, a pesar de las listas cremalleras de chico/chica y chica/chico, y a pesar de las ministras cantarinas, los partidos de izquierda siguen siendo más machistas. Me refiero a machistas de hecho, más allá de las palabrerías. En Cádiz, sin ir más lejos, tenemos un ejemplo. Desde que empezaron las elecciones democráticas, sólo hubo una alcaldesa: Teófila Martínez, del PP. Y dos alcaldes: Carlos Díaz, del PSOE, y Kichi, de Adelante.