LA maldición parece que continúa. El pasado 8 de octubre, en esta sección publiqué un artículo titulado El Nuevo Mirandilla está gafado. Recordaba que el Cádiz no había ganado ni un solo partido desde que retiraron el rótulo del estadio Ramón de Carranza, hecho ocurrido el viernes 13 de agosto. Ha pasado otro mes y sigue sin ganar. En la Liga, el Cádiz ha conseguido dos victorias: la primera en Balaídos ante el Celta y la más reciente en San Mamés ante el Athletic de Bilbao. Así como dije lo del gafe del Nuevo Mirandilla, digo que San Mamés se merece una novena. No estaría de más ponerle un altar a San Mamés en el estadio aún llamado Nuevo Mirandilla, igual que hay placas y dedicatorias. El Cádiz ha ganado las dos últimas veces que ha jugado en San Mamés, en ambas con connotaciones milagrosas.

UNA vez más, Cádiz vuelve a ser diferente, gracias a su Ayuntamiento. En casi todas las ciudades y pueblos de Andalucía están organizando ya sus cabalgatas de Reyes Magos. En Sevilla, que es la capital, incluso han presentado las carrozas nuevas que van a salir a las calles el 5 de enero de 2022. Sin embargo, en Cádiz, aún no se sabe si saldrá la cabalgata de los Reyes Magos. La concejala de Fiestas, Lola Cazalilla, que se puede volver a lucir, ha indicado que la decisión se adoptará a final de noviembre, en función de la evolución de la pandemia y la vacunación de los menores. Una vez más, el reputado epidemiólogo doctor Kichi decide estas cosas a su manera aleatoria; no sé qué nos va a descubrir a final de mes sobre el estado de la pandemia el 5 de enero. Lo peor es que dicen estas pamplinas para que la gente se las crea.

NADA más aprobarse en el Pleno municipal de Cádiz que el Carnaval se celebre en febrero de 2022, el alcalde dijo que no lo va a cumplir. A partir de ese momento se está diciendo que en Cádiz hay una dictadura. No es cierto. También se está diciendo que el alcalde Kichi es un dictador. Tampoco es cierto. En Cádiz no hay una dictadura, porque no existe un poder totalitario. Ni Kichi es un dictador del proletariado, sino que hace lo que le permiten. En Cádiz lo que han montado es una pantomima; no es una dictadura, sino una dictablanda. Las dictaduras suelen ser férreas y basarse en la tiranía. Pero la dictablanda gaditana ni siquiera tiene la mayoría absoluta, sin capacidad para ganar votaciones a la oposición municipal. La dictablanda se acabaría en unas semanas o en unos días si el PP, el PSOE, Ciudadanos y el no adscrito Villero se ponen de acuerdo. Sean coherentes: si tenemos una dictablanda, con un alcalde incumplidor, es porque se lo consienten y porque hay cómplices.

LA cuestión fundamental para salvar el edificio gaditano conocido como Valcárcel es olvidarse de los politiqueos y dejar de utilizarlo como arma arrojadiza. Se debe decir que la culpa del abandono no es de la Junta de Andalucía. El jaleo empezó en el cambio de milenio, cuando pertenecía a la Diputación y era presidente Rafael Román, que propuso con sensatez la reconversión en un hotel de lujo. A partir de ahí empezó un tira y afloja con el Ayuntamiento de Cádiz, gobernado entonces por Teófila Martínez. El hotel de lujo, el primer cinco estrellas de la ciudad, iba a ser adaptado y gestionado por la empresa Zaragoza Urbana, propietaria del Hotel Playa Victoria, que lo inauguraría para los fastos del 2012; pero renunció debido a la crisis económica.

TODAVÍA no hemos celebrado los Tosantos pandémicos de este año cuando ya puede verse una parte del montaje de la iluminación navideña en Cádiz. ¿Va a resultar que el enemigo de los Tosantos gaditas no es el Halloween yanqui, sino la Navidad kichiana? No, no todavía. Lo desmiento: Kichi y los suyos no van a celebrar la Navidad antes que los Tosantos, ni están preparando unas fiestas típicas navideñas fuera de temporada. Tampoco es cierto que vayan a montar los Juanillos antes del domingo de Piñata estival. Cuando publiqué el artículo El calendario kichiano (ver Diario de Cádiz, 29 de septiembre de 2021), algunos pensaron que era una exageración. Pero al ver los adornos de Navidad en el mes de octubre, mientras hay gente bañándose en las playas (son los Jartibles del Verano) se ponían los vellitos de punta.