AL menos los cambios de calles en el nomenclátor de Cádiz han servido para algo positivo: para que el PSOE se quite la careta del Carnaval. El PSOE Local es la muleta de Kichi y le han corregido y aumentado el mamarracho, cuando se lo podían tumbar, o al menos reconducir. A partir de ahora, su credibilidad como oposición a Kichi es ninguna, si es que tenían alguna. Llevan desde 1995, cuando perdieron la Alcaldía, dando palos de ciego. Los cambios de nombres que ha propuesto el Ayuntamiento del megáfono, tal como se han presentado, incluyen varios casos absurdos. Por cierto, les ha faltado devolver su calle a Carlos Marx, nombre que pusieron a la de Feduchy en 1932, durante la Segunda República. Esa calle se llamó Comedias, antes de Feduchy y Marx.

DE vez en cuando aparece una bola de fuego en el Golfo de Cádiz, como la del pasado martes, a 238.000 km/hora. ¿Bola? ¿Fuego? De vez en cuando aparece alguien que profetiza el fin del mundo. Si lo miráis en Wikipedia, que incluye un amplio anexo, veréis que es raro el año en que alguien no augura el fin del mundo. Un rabino judío, llamado Matityahu Glazerson, lo ha previsto para el 21 de diciembre de 2021, según unos supuestos códigos secretos que ha descifrado en el Antiguo Testamento. Sería una gran faena, por no decir una putada, pues no daría tiempo de sortear la Lotería de Navidad, ni celebrar la Nochebuena, ni mucho menos organizar el Carnaval de Cádiz en mayo y junio. A ese pronóstico (y a otros que lo predicen para 2022, 2025 y 2026) se ha sumado el escritor y ufólogo JJ Benítez, que lo ha profetizado para 2027.

EL fallecimiento aún reciente del padre Gabriel Delgado ha vuelto a poner el foco de atención en el compromiso que siempre mantuvo con los pobres, especialmente con los migrantes. Como reseñaba José Antonio Hidalgo en la necrológica del Diario, fue nombrado delegado de Migraciones de la diócesis de Cádiz por el obispo Ceballos y ha sido de los pocos cargos que ha mantenido el obispo Zornoza. Y no por casualidad, sino porque el padre Gabriel Delgado era la mejor persona para desempeñar esas funciones. Además, por su forma de ser, permanecía ajeno a intrigas y devaneos de quienes han buscado su protagonismo personal por encima del servicio a la Iglesia. Su actitud siempre ha sido cristiana. Y se debe añadir que ya es el momento de poner a los llamados curas obreros de Cádiz en su sitio, que no es el altar del Che Guevara, sino con Cristo.

LA autopista Sevilla-Cádiz ha cumplido 50 años. Aunque, en realidad, no es exactamente así. El 5 de noviembre de 1971 se abrió el tramo Puerto Real-El Cuervo, mientras que el tramo El Cuervo-Dos Hermanas fue inaugurado en enero de 1972. Al principio, había tres peajes: el de Las Cabezas de San Juan, el de Jerez y el del puente Carranza. Ahora no hay ninguno. Veremos por cuánto tiempo, se supone que hasta 2024, según el compromiso con la UE. Desde que lo festejó en diciembre de 2019 el entonces ministro de Fomento, José Luis Ábalos, estaba claro que es un rescate temporal. Pasado un tiempo, volverá el peaje en esa autopista. Cualquiera que haya viajado por Europa sabe que las autopistas gratis no abundan. Hay peajes en países más ricos, como Francia, Alemania o Bélgica, por citar algunos. Y en otros de nuestro nivel, como Portugal. Incluso hay peajes en países comunistas (en teoría), como China. Y digo más: quedan peajes en España. Por ejemplo, en el entorno de Madrid. La AP-61, de Madrid a Segovia (con distancia similar a la Sevilla-Cádiz), cuesta entre siete y ocho euros.

LA maldición parece que continúa. El pasado 8 de octubre, en esta sección publiqué un artículo titulado El Nuevo Mirandilla está gafado. Recordaba que el Cádiz no había ganado ni un solo partido desde que retiraron el rótulo del estadio Ramón de Carranza, hecho ocurrido el viernes 13 de agosto. Ha pasado otro mes y sigue sin ganar. En la Liga, el Cádiz ha conseguido dos victorias: la primera en Balaídos ante el Celta y la más reciente en San Mamés ante el Athletic de Bilbao. Así como dije lo del gafe del Nuevo Mirandilla, digo que San Mamés se merece una novena. No estaría de más ponerle un altar a San Mamés en el estadio aún llamado Nuevo Mirandilla, igual que hay placas y dedicatorias. El Cádiz ha ganado las dos últimas veces que ha jugado en San Mamés, en ambas con connotaciones milagrosas.