EL paro en noviembre es otra tradición gaditana, como los Tosantos y las noches de Halloween. Empieza el mes con los difuntos y los parados, que nutren las estadísticas. Ha llegado el otoño, con sus guadañas, y con los primeros fríos cierran hoteles en las costas, a pesar de que el Patronato Provincial de Turismo visita Fitur, en Madrid, el Reino Unido y Alemania para salvar los muebles. Otros años se convertía Cádiz en la provincia española con más parados en octubre. En 2019 se ha tenido que conformar con el segundo puesto. En Baleares ha crecido más todavía el paro. La culpa es de Thomas Cook, que ha dejado de enviar turistas a Mallorca y a Ibiza. Gracias a ese barquinazo, Cádiz no ha ganado el campeonato del paro a principios de noviembre.
LA buena gente dice que Kichi y sus concejales no tienen proyectos. Y para uno que hacen sería mejor que no tuvieran ninguno. Cuando han abierto el nuevo carril bici de la Alameda se ha visto en todo su esplendor el mamarracho que han implantado en uno de los lugares más bonitos de Cádiz, en el auténtico paseo de la Bahía. En cualquier ciudad civilizada, los defensores del Patrimonio ya estarían pidiendo la dimisión del concejal responsable de esas obras, que es Martín Vila, así como la intervención de la Comisión del Patrimonio de la Consejería de Cultura de la Junta, que inexplicablemente ha permitido esas obras, o se las ha tragado.
SIN entrar en consideraciones ideológicas ni políticas, el guirigay que tiene montado el alcalde de Cádiz con sus concejales es sorprendente. Han pasado menos de cinco meses desde que tomaron posesión. En este tiempo ha dimitido una, Teresa Almagro, por no poder hacer nada, mientras otro, José Ramón Páez se le ha ido (unos días sí y otros no) de profesor sustituto a Sevilla, en busca de un futuro laboral mejor. Con ello también ha dado un mensajito curioso: estar de profesor sustituto temporal en la Facultad de Económicas de la Universidad de Sevilla es mejor, a su juicio, que ser el responsable de la Economía y la Hacienda, con dedicación exclusiva, en el Ayuntamiento de Cádiz. Por no hablar del lamentable deporte local, que también le habían adjudicado.
EL buque escuela Juan Sebastián de Elcano tiene su casa en Cádiz. Conviene recordarlo hoy, cuando está en vísperas de iniciar un nuevo crucero. Este es especial, porque sirve de pórtico a la vuelta al mundo que llevará a cabo entre agosto de 2020 y agosto de 2021. Hasta el Cádiz CF se hizo la foto de familia para esta temporada en el Elcano. Es oportuno, porque han intentado birlárselo parcialmente a Cádiz. En principio, la intención era que en el verano de 2021la vuelta al mundo no terminase aquí, como es lo habitual, sino en Sevilla, a donde llegó el auténtico marino de Guetaria, Juan Sebastián de Elcano, en la nao Victoria con los 18 supervivientes que completaron la primera circunnavegación. Al final, el viaje a América que empieza mañana terminará en Cádiz. Y la vuelta al mundo de 2021 también.
UNA de las consecuencias del cambio climático y el calentamiento global es que se dedican a asustar a la gente. Entiendo que es una medida para concienciar y alertar. No basta con la niña Greta, que hace su trabajo con la juventud, sino que en las vísperas de Halloween han publicado un estudio del grupo yanqui Climate Global en la revista multinacional Nature Communications, donde dicen que la costa de Cádiz, Doñana, e incluso Sevilla se van a inundar en 2050, al menos una vez al año. Y lo peor de todo: que Cádiz se quedará sin playas y volverá a ser una isla. Esta publicación tiene sedes en Londres, Nueva York y Shanghái. Así que han puesto a Cádiz en los mapas del mundo. Se dice Nature y la gente se lo cree, como si fuera la Biblia de la ciencia.