EN la sede de Ciudadanos de Cádiz yo no sé si habrá un gato negro. Pero algo de gafe y de mal fario sí que tienen. O, a lo peor, les perjudican las formas y las estructuras, de modo que van tropezando con las mismas piedras y cabreando a los suyos. Es curioso porque Domingo Villero, al presentar su dimisión y anunciar que pide la baja en el partido naranja, ha dicho lo mismo que Juan Manuel Pérez Dorao y María Fernández-Trujillo cuando dimitieron casi en vísperas de las elecciones municipales. El relato es parecido, y se basa en problemas con la cúpula del partido en la ciudad y la provincia. Y, de rebote, más arriba, ya que todos están sustentados por los mismos. Ciudadanos aportó una opción tentadora para muchas personas liberales y civilizadas, pero después se ha visto que Albert Rivera es un líder como los demás. Y con una camarilla peligrosa.
LA ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, dijo en la entrevista publicada en este Diario y firmada por Alejandro Martín que “la ejecución de la ITI está al 30%”. Eso ya lo había anunciado la Comisión de Seguimiento el pasado mes de julio. Esta Inversión Territorial Integrada (ITI para los amigos) fue valorada en más de 1.285 millones de euros y presentada como una oportunidad para crear y atraer empresas en Cádiz, para fomentar el empleo, para realizar proyectos, para incentivar la innovación y apoyar a los emprendedores. Esto último es importante: no se olviden de la innovación y de los emprendedores, que aparecen siempre que sueltan la manteca colorá. Después se emprenderá poco, pero se comprenderá todo.
EL consejero de Hacienda de la Junta, Juan Bravo, estuvo la semana pasada en Cádiz, y dijo que el Hospital de Puntales costará unos 400 millones. Una inversión que la Junta está dispuesta a hacer en los próximos años. “Es un compromiso con Cádiz”, dijo este consejero, nombrado por el PP tras el cambio. Una promesa que queda apuntada. Resulta curioso, porque el Ayuntamiento de Unidas Podemos (a las próximas van de Unidas Podemos con Pablo, y no de Adelante con Teresa) está trabajando en dos proyectos para ese mismo solar de los antiguos terrenos de la Aeronáutica: un aparcamiento de superficie y el traslado del Piojito. Como se ve, entre unos proyectos y otros, no hay color. O si lo hay, y se nota la diferencia.
EN el Auditorio de la Merced, de Sanlúcar de Barrameda, celebraron ayer el Día Mundial del Turismo, con un acto organizado por la Diputación, en el que premiaron a Josefa Díaz Delgado, empresaria del hotel Las Cortes de Cádiz; al restaurante El Campero, de Barbate, considerado el templo culinario del atún; y al Circuito Hípico del Sol, de Vejer. Un acto que llegaba cuando todavía oímos lamentos por el barquinazo de la tour operadora Thomas Cook, que hizo sonar las alarmas en la Arcadia turística. Y ello a pesar de que todavía el turismo extranjero tiene relativo peso en la provincia de Cádiz. En los principales destinos costeros, como Chiclana y Conil, aporta una moderada incidencia, pero en los hoteles alrededor del 80% de los clientes son españoles.
EN Cádiz hay demasiado derrotismo y demasiada envidia, por lo que a algunos les cuesta asumir la realidad. Un buen ejemplo es lo que ha pasado con el cuarto aniversario del puente de la Constitución de 1812. En cualquier ciudad estarían orgullosos de tener una infraestructura así, y de que por fin esté terminada, tras dos décadas de gestiones y trabajos. Sin embargo, ahí lo tienen: lo que ha quedado de este cumpleaños feliz es una polémica en Twitter entre José Blas Fernández, el alcalde Kichi y David Navarro, en la que se han liado en plan patio de vecinos. Y, además, aún predomina la teoría de que el puente no está acabado (lo que no es cierto) y que no ha solucionado nada (lo que es rotundamente falso).