BANDERAS azules ondean al viento de levante, mientras las gaviotas alzan el vuelo y se enseñorean de las playas antes cautivas. Los ciudadanos no han expresado aún su voz, ni su voto, pero se intuye una nostalgia del pasado en el horizonte; mientras que en la arena, si te pones de cara al sol, te achicharras. O te pegas un pellejazo, porque han puesto un cordón sanitario que no se ve. En estos días, cualquier caricatura se considera una sorpresa, lo mismo aquella que esa. Y en las calles de la ciudad trimilenaria aparecen fantasmas, puertas que se cierran, luces que se apagan solas. La buena gente, después de la batalla de coplas, no habla de otra cosa: Cádiz ha mantenido triunfalmente las cuatro banderas azules de sus playas.
EL primer gol de la campaña electoral gaditana lo ha marcado Kichi. En realidad, la culpa ha sido de la Junta Electoral de Zona, que después de revisar las papeletas en el Var de las elecciones municipales decidió que el candidato de Adelante Cádiz, José María González Santos, podía añadir el familiar apodo de Kichi, mientras que al candidato del PP, Juan José Ortiz Quevedo, no se le ha permitido que aparezca como Juancho; ni tampoco al candidato del PSOE, Francisco Matías González Pérez, se le ha permitido que aparezca como Fran. El motivo de esta decisión es que lo solicitaron cuando vieron que lo incluía el otro; y los nombres no pueden ser modificados después de presentados, “salvo fallecimiento o renuncia de los mismos”.
ESTE fin de semana ha sido un pelotazo para el turismo y el comercio en Cádiz. Bastaba con pasear en la mañana de ayer por las calles del centro para comprobarlo. Los moteros han venido en el fin de semana, aunque su presencia en la capital gaditana es minoritaria, si se compara con los que se quedan en Jerez y El Puerto de Santa María. Sin embargo, la llegada de dos grandes cruceros, el Aida Stella y el MSC Preziosa, volvió a demostrar que es imprescindible consolidar y aumentar en lo posible el mercado del crucerismo. Un gran filón comercial, aunque sea turismo de paso, que no se nota en los hoteles, pero sí en todo lo demás.
UNO de los motivos por lo que Teófila Martínez estuvo durante 20 años como alcaldesa de Cádiz es porque cumplía sus promesas. Mejores o peores, pero no las olvidaba. Planteó e impulsó algunos proyectos de ciudad ambiciosos, como el soterramiento del tren y la reurbanización de Extramuros, o el segundo puente, o el Bicentenario. Por ello, ganó cinco elecciones municipales y fue la más votada en la sexta (ya sin mayoría absoluta); aunque también fue muy criticada. Normal en una ciudad donde muchos se complacen en no hacer nada, ni proponer alternativas, ni cumplir lo que prometen. De Teófila decían algunos que es aparejadora y se le nota. Mujer con casco, a pie de obra, más que de salones o despachos.
SIEMPRE que vienen las motos por el Mundial de Jerez me acuerdo de Pedro Pacheco. En su larga gestión de alcalde (desde 1979 a 2003) cometió errores e irregularidades, pero dejó Jerez que no la conocía ni la madre que la parió. Un ejemplo, entre otros, es el Circuito. Operación calificada de ruinosa en su momento, a la que ahora se pone como ejemplo de atracción de turismo y de llenazo en los hoteles de Jerez, la Bahía de Cádiz y gran parte de la provincia. No habría motos este fin de semana (dando por saco y formando ruido, pero con sus motoristas) sin Pedro Pacheco. Con los criterios que actúan los ayuntamientos, hoy sería imposible acometer un proyecto como el del Circuito. Aunque eso no evita que algunos alcaldes sigan desfilando por los tribunales.