ESTE artículo se lo dedico a José Ramón del Río, gran cliente del Vaporcito y el Catamarán, que esta tarde presenta su libro de artículos  Desde el Fénix en el Casino Gaditano.

Hace algo más de un año, en octubre de 2017, el alcalde de Cádiz, José María González, envió una carta al consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez. Se puede considerar esa misiva como una epístola al consejero. El alcalde afirmaba que la Bahía “ha perdido una de sus imágenes más icónicas, reconocibles y reconocidas, y más ligadas a su historia”. Puede que la apreciación sea un poco exagerada, como casi todo lo suyo, pues a pesar de ser icónico, el Vaporcito no participó en el Descubrimiento de América con Colón. Es relativamente histórico.

EL primer día de la campaña electoral es como la mañana los Reyes Magos: siempre nos trae alguna sorpresa. Nos levantamos con esa ilusión de qué nos vamos a encontrar, pues nunca se sabe por dónde puede aparecer algún candidato con sus pegatinas. En estos días parecen it girls, cuelgan sus fotos para alardear. En Cádiz, este día tan bonito amaneció algo grisáceo, y con las farolas de la avenida del soterramiento (o de Juan Carlos I) llenas de banderolas, que no anunciaban una exposición o un concierto, sino a Susana Díaz la del PSOE y a Juanma Moreno el del PP. Siempre se dice que los carteles y las banderolas no sirven para nada. Pero siempre los ponen. Son incorregibles.

LOS debates que mantienen en Podemos y en Ganar Cádiz (o sea, en Izquierda Unida) para participar juntos en las elecciones municipales son pintorescos. Ni José María González ni Martín Vila están interesados, personalmente, en formar una candidatura única. Cada uno por su lado viven mejor, con más libertad: unidos para los que les conviene, y separados si llega el caso de las medallas. Forman una pareja política abierta. Y ahora se les exige un matrimonio de conveniencia. En Ganemos ni siquiera van a organizar primarias, sino una asamblea. En el fondo, están como locos por tirar cada uno por su lado, pero este es un matrimonio político pactado entre la pareja del alcalde, Teresa Rodríguez, y el jefe de Vila, Antonio Maíllo. Puede que no lo entiendan, pero es así.

LO único que le faltaba al CIS era pronosticar en Andalucía. Así como tenemos a Ángel León, proclamado el chef del mar para la gastronomía, ahora se está haciendo famoso el chef del mal. Me refiero al chef del CIS, José Félix Tezanos, cuyos fogones se han especializado en la cocina del PSOE, que siempre sale ganadora. Eso es lo que dicen sus críticos. Y lo que parece, cada vez que sale una encuesta echando humo. En la cocina del CIS tendríamos PSOE con papas fritas a todas horas, no se comería otra cosa. Pero la última encuesta que ha presentado se resume pronto: es más de lo mismo. En Andalucía, el poder desgasta a la oposición. Y en Cádiz sale que el PSOE podría conseguir 6-7, con 3 de Adelante Andalucía (Podemos), 2-3 del PP y 1 de Ciudadanos.

NO somos insensibles. Un muerto ya es demasiado. Pero la culpa del naufragio de la patera cerca de Los Caños de Meca, en la que pueden haber muerto más de 20 personas, no la tiene Pedro Sánchez (como antes no la tenía Mariano Rajoy), ni el rey Mohamed VI de Marruecos, ni la Unión Europea. La culpa es de los que lanzaron al mar esa patera con más de 40 personas, sobrecargada y en condiciones extremas para sobrevivir, por lo que un naufragio era bastante probable. Unas 22 personas lograron salvarse, pero la otra mitad ha muerto. Por eso hay que aplaudir la detención y el encarcelamiento de los dos presuntos  patrones mafiosos que arriesgaron la vida de esas personas.