ALGUNOS dicen que este congreso del PP ha servido para que se convierta en un partido como los demás. Antes, con José María Aznar, el líder se ponía a dedazo y tente tieso. Nunca hubo unas primarias entre Rajoy, Rato y Mayor Oreja, sino que Aznar dijo “Mariano”, y eso fue a misa. Por el contrario, Mariano soltó unas lágrimas de despedida el viernes, y no dijo ni este ni la otra (porque el suyo, en realidad, era Feijóo), y ayer se votó para elegir. Pasó lo mismo que con el PSOE. Entre el hombre y la mujer, ganó el hombre. Entre lo que defendían mayoritariamente los delegados andaluces y lo que defendían los otros, ganaron los otros. Perdió el PSOE de Susana Díaz y perdió el PP de Soraya Sáenz de Santamaría y de Javier Arenas.

ATENCIÓN a las primarias de Podemos en Andalucía, que son muy interesantes. Pueden tener más repercusión política de la que algunos consideran. En estas primarias internas hay un duelo de mujer contra mujer, entre Teresa Rodríguez, lideresa anticapitalista, e Isabel Franco, diputada por Huelva, que es la patrocinada por Pablo Iglesias. En realidad, Pablo patrocinaría a cualquiera que no fuera Teresa, que va a su aire y alardea del pisito que comparte con su pareja, el alcalde de Cádiz, José María González (Kichi para los amigos), en contraste con el chalé que Pablo Iglesias comparte con su pareja, Irene Montero. Hay parejas y parejas, todas no son iguales, pero todas sufren. En Podemos ya se sabe que donan la mayor parte de sus sueldos, y así llegan con dificultades a fin de mes.

EL PP andaluz ha sido el gran triunfador de las primarias de su partido, al haber decidido que Soraya Sáenz de Santamaría sea la candidata más votada. Sin embargo, Soraya Sáenz de Santamaría no ha sido la gran triunfadora de las primarias, y no ya porque sin los votos andaluces hubiera quedado segunda, sino porque en Madrid (capital de España) quedó tercera y Pablo Casado la triplicó en votos; y porque en Galicia, que es el territorio de Feijóo, también quedó tercera, si bien a poca distancia de Cospedal y Casado. Pero el principal motivo para que la victoria de Soraya sea amarga es que se ha quedado con el 36,9% de los votos, frente a las candidaturas anti-Soraya. Entre Casado y Cospedal sumaron el 60,2%.

AMBOS celebraron su santo el pasado viernes y parece que están en el momento regalos. Sucede con Pedro Sánchez que puede dejar el país todavía peor que Zapatero. Ha llegado al poder con una amalgama de apoyos, de lo más variopintos y peligrosos. Dijo que eran apoyos sin nada a cambio, sólo para echar a Rajoy; y que convocaría elecciones lo más pronto posible. Dos mentiras para empezar a hablar. Porque se ha visto que tenía contraprestaciones, con las que España va a pagar un peaje colectivo que ya veremos a lo que asciende. Y está dispuesto a resistir en la Moncloa hasta 2020, para lo que necesita esos apoyos peligrosos.

UN poquito de memoria histórica reciente: en la Feria de abril de Sevilla, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, coincidió con Pedro Sánchez, que pasaba por allí, y entonces sólo era el secretario general del PSOE. Un día después, la presidenta viajó a Madrid en AVE y se entrevistó en la Moncloa con Mariano Rajoy, que por entonces todavía era presidente del Gobierno y no se había reincorporado a su trabajo como registrador de la propiedad en Santa Pola (Alicante). De aquella reunión salió una foto y el compromiso de convocar al Consejo de Política Fiscal y Financiera “pronto”, antes del verano, para tratar una nueva Financiación Autonómica. Con o sin la presencia de Cataluña, por entonces bajo los auspicios del artículo 155.