LOS árboles no votan, pero los han metido de lleno en la campaña municipal. Desde hace varios años, los árboles sevillanos han sido sometidos a una polémica permanente. Por los apeos, por las plantaciones, por lo que sea. Juan Espadas fue acusado arboricida. Algunas entidades estiman que bajo su mandato se han apeado más de 3.500 árboles. Y todo ello a pesar de que el Ayuntamiento se comprometió el pasado verano a plantar 5.100 árboles y 4.567 arbustos hasta abril de 2019. Según datos que ofreció el delegado de Parques y Jardines, David Guevara, en Sevilla hay “unos 200.000 árboles y nueve millones de metros cuadrados de zonas verdes”. Esto supondría un árbol por cada 3,5 sevillanos.

LOS debates a la sevillana son como los calamares a la riojana: unos salen mejores que otros. Los debates se multiplican, hasta el punto de que los candidatos les prestan mucha importancia. Bastante menos les dedican los electores. Beltrán Pérez le ha pedido a Juan Espadas un debate a dos, un mano a mano. Con menos bultos habría más claridad. En Canal Sur nos ofrecieron una pugna a cuatro, entre los candidatos Juan Espadas (PSOE), Beltrán Pérez (PP), Álvaro Pimentel (Cs) y Susana Serrano (AS). Es decir, los partidos que actualmente tienen representación municipal. No hubo lugar para Vox, que actualmente es un partido extra municipal, y no se sabe si seguirá así.

ES indiscutible que Sevilla está de moda. Todas las personalidades quieren venir. Y si no quieren, Juan Espadas va a buscarlos, como si fuera el padre de la parábola del hijo pródigo. En los últimos tiempos han venido Barack Obama, Bob Dylan y todos los grandes artistas de los premios Goya, entre otros turistas. En plena campaña, ha anunciado el alcalde que invitará al Papa Francisco, si continúa en el cargo. Y, al día siguiente, nos enteramos de que el próximo sábado vendrá Pablo Iglesias. Por supuesto, no es lo mismo; pero tampoco venía últimamente. Y, además, va a venir por casualidad, porque ya había organizado un viaje a Andalucía y no le permiten que llegue a Cádiz, según tenía previsto.

UNO de los alicientes más bonitos de las campañas municipales es el capítulo de promesas y paridas. En las elecciones generales parece que se difuminan entre propósitos abstractos. Por ejemplo, cuando dicen “vamos a bajar los impuestos”; o bien “vamos a mejorar la sanidad y la educación”. Y lo mejor de todo es cuando dicen: “si ganamos, vamos a crear empleo”, y la gente se lo toma a cachondeo. Lo malo es que ya lo van soltando en cualquier campaña, incluso en las municipales. No obstante, en estas elecciones cercanas, predomina lo concreto. Ayer el presidente de la Junta, Juanma Moreno, prometió que las líneas 2, 3 y 4 del Metro estarán en los presupuestos de la Junta. Poco después, Juan Espadas, prometía que el tranvía no sólo llegará hasta San Justa, sino hasta la Puerta Osario. Y se arrancó con su interés por intentar que el Papa Francisco venga a Sevilla.

EN estos días de campaña municipal, los candidatos volverán a los barrios. En Sevilla, los barrios son como tierra de misión, donde el político acude con la intención de convertir a los incrédulos. Cuando Juan Ignacio Zoido batió el récord de los 20 concejales en 2011, todo el mundo decía que había sido gracias a sus visitas a los barrios. También se suele decir que es más fácil viajar a los barrios cuando estás en la oposición. En los barrios, algunos confunden al alcalde Espadas con el rey Baltasar y empiezan a pedirle y no acaban. Pero a todo el mundo no le va a poner un bulevar como el del Greco, eso ya se sabe.