A la gente le ha dado en Sevilla por hablar de Cataluña, cuando en Barcelona no se habla para nada de Andalucía. Es lo que antes se denominaba un coñazo, por decirlo claro. Parece como si todo el mundo en general tuviera el doctorado en derecho para opinar con renglones torcidos. Se dice que la Justicia Europea le ha marcado un gol a España, cuando fue el Tribunal Supremo español quien le dio el pase de la muerte, por consultarlo, fastidiando al Tribunal Constitucional, que se ha quedado en fuera de juego. Cuando Pedro Pacheco dijo aquello de que “la Justicia es un cachondeo” fue mucho antes de ver a Puigdemont ejerciendo como fugado y como europarlamentario en Bruselas, con esa sonrisita de conejo. Y esas cosas catalanas tan preocupantes distraen de otras más cercanas.
LA Semana Santa de Sevilla no es como la calle del Infierno de la Feria. Si establecemos esa comparación odiosa, empezamos mal, porque partimos de un concepto equivocado. Incluso desde un punto de vista folklórico, existen sensibles diferencias. A partir de ahí, la decisión de la Hermandad de Jesús Despojado de discurrir en silencio por la calle San Pablo se puede entender como un gesto de apoyo a los niños que padecen autismo. Nada menos, pero nada más. Que una hermandad con música acuerde silenciar a sus bandas, durante un tramo breve del recorrido, no causa mal a nadie, ni perturba su esencia. Por eso, me parece asumible como un detalle solidario. Pero se abre una puerta para otros peligros. El principal es cargarse del todo la espontaneidad y la identidad de la Semana Santa, por culpa de lo políticamente correcto.
CON el AVE barato pasa como con el sexo de los ángeles: hay pocas certezas y predominan las suposiciones. También nos recuerda los pactos de Pedro Sánchez: que le va a dar el chollo a Cataluña, y a los andaluces le van a dar por el FLA. De modo que el AVE barato no llegará a Sevilla, ni tampoco a Málaga, ni a Córdoba, ni a Granada, ni mucho menos a Cádiz o a Huelva, donde todavía esperan el AVE caro. Unos pagarán 10 euros y otros más de 100 euros. Así que ese AVE chollesco es sólo para los catalanes y los madrileños, para los de siempre, para cubrir los trayectos entre Madrid y Barcelona, que es donde se ha gestado casi todo lo bueno y casi todo lo malo de España, desde que los catalanes se pusieron levantiscos e identitarios para presionar.
LA borrasca Daniel pasó por Sevilla y causó 430 incidencias en la capital. Esto se cuenta así y parece que ha venido un ciclón, o algo fortísimo. Sin embargo, ahora a cada tormenta le ponen un nombre. Hoy pasa Elsa. Y Daniel, en realidad, fue tormentoso durante poco más de media hora (desde las 15:40 hasta las 16:15 horas del lunes, aproximadamente) y los vientos fueron fuertes, pero no tan huracanados, ya que en realidad oscilaron en torno a los 80 kilómetros/hora. Eso lo sufren en Tarifa y en el Estrecho de Gibraltar casi todas las semanas. La diferencia es que Sevilla no está preparada para los vientos, que aquí soplan con moderación y no son frecuentes. A eso se suma que una parte considerable del arbolado está más para allá que para acá.
EL domingo, antes de las nueve de la mañana, había una aglomeración en la plaza de la Virgen de los Reyes para ver la salida extraordinaria de la Virgen de la Encarnación, de San Benito. El domingo, pasadas las ocho de la tarde, había una larga cola ante la basílica de la Macarena para el besamanos de la Esperanza. Se suele decir que mayo es el mes mariano y junio el mes eucarístico. Pero diciembre también es un mes dedicado a la Virgen en Sevilla. No se concibe un Adviento del Hijo que no sea en honor de su Madre. Cuando se habla de la tierra de María Santísima, unos piensan en un libro de Benito Más y Prat, y otros lo ven como una exageración. Pero Sevilla es una parte de Nazaret, o quizá sea al revés.