LOS taxistas de Cádiz no son como los de Barcelona, ni como los de Madrid. Por eso, me sorprendió la concentración de 224 taxis gaditanos que ayer recorrió la Avenida hasta la plaza de España. Entiendo que se pueden solidarizar con sus compañeros de esas ciudades, como si quieren apoyar a los de Roma o Estocolmo. No obstante, la realidad del gremio en Cádiz es distinta a las principales capitales de España. Y lo es, sencillamente, por la ciudad: Cádiz es chiquitita. Una carrera de taxi en Cádiz tiene unos precios asequibles, casi populares. A veces nos resulta más barato ir desde Cortadura a la Caleta en taxi (y volver) que aparcar el coche particular en un parking público durante varias horas. A veces cuesta igual que viajen cuatro personas en taxi a hacerlo en el autobús urbano.

ENTRAMOS en agosto, que era el mes apacible y largo del verano. Las vacaciones por excelencia. En otras ciudades de interior, como Madrid, Córdoba y Sevilla, hasta cerraban los negocios por vacaciones. En Cádiz, como hay playa, sólo cierran los negocios por ruina, llegado el caso. En agosto organizaban, según los años, la Velada de los Ángeles, los Festivales de España en el Teatro José María Pemán, las actuaciones del Cortijo Los Rosales (que intentan recuperar los románticos que sobreviven), las actividades del Alcances verdadero (que sólo fue el de Fernando Quiñones), y para rematar la faena el Trofeo Carranza. De eso ya hemos publicado que se perdió todo. Como se perdió el barco del arroz y el Vaporcito de El Puerto surcando la Bahía.

EL pasado fin de semana era el más importante de la Operación Paso del Estrecho. Más de 15.000 vehículos de migrantes embarcaron en el puerto de Algeciras, procedentes de diversos países de Europa, para disfrutar de sus vacaciones de verano en Marruecos y otros países norteafricanos. Este fin de semana también han entrado en la provincia de Cádiz varios cientos de migrantes en pateras. Desde que comenzó el Paso del Estrecho han embarcado en el puerto de Algeciras unas 500.000 personas. El pasado mes de junio llegaron más de 7.000 sin papeles a las costas andaluzas, superando a Italia, Grecia y Malta juntas. Significa que en la provincia de Cádiz los migrantes pueden entrar en ferry o en patera. Pueden entrar legalizados, o arriesgarse.

ALGÚN día se escribirá la increíble historia de la decadencia del verano gaditano. La última puñalada la ha recibido el Trofeo Ramón de Carranza. Era el Trofeo de los trofeos. Atraía hacia Cádiz la atención deportiva. Pasaron por el estadio los mejores clubes y los mejores futbolistas. Y degenerando, degenerando, se ha llegado al mamarracho de este año: dos equipos amarillos de Segunda, Cádiz y Las Palmas, jugarán una semifinal el viernes 10 de agosto. Y el ganador disputará la final el sábado 11 frente al Betis, un equipo de Primera, que ha venido por hacer un favor al Cádiz, para  salvar el Trofeo. Como ya pasó en 2000, cuando Manuel Ruiz de Lopera hizo el favor, también por lástima.

APARCAR en Cádiz es como ser ciego en Granada: una pu…ñalada. Hay un grave conflicto entre las zonas azules y las zonas naranjas, todavía más desde el congreso del PP. No se sabe lo que va a pasar con las zonas azules y las naranjas, que políticamente hablando se disputan actualmente el PP de Juancho y los Ciudadanos de Juanma, pero el año que viene si Dios quiere, ya veremos. Las zonas azules son para todos, y las naranjas para los vecinos. A mi modo de ver quién mejor manejaba el cotarro de las zonas azules era Pepe Blas Fernández (con la Emasa de entonces), que empezó a pintar de azul todo lo que encontraba a mano. Puede que aprovecharan la misma brocha, con otra pintura, para construir el carril bici de la avenida del Soterramiento, que fue de pintar y cantar. Pero lo de ahora va de mal en peor. Aparcar es misión casi imposible para los pobres. Aparcar es cosa de ricos.