A la prima de Oviedo se le caen dos lagrimones, viendo la clasificación de la Liga 1/2/3. Resulta que dependen del Cádiz para disputar las eliminatorias de ascenso a Primera. Recuerda cuando ascendieron en el estadio Carranza, cuando vinieron con sus camisetas azulonas, y les dijeron “no pasarán” a más de 100 que tenían entradas. Después las relaciones de la prima de Oviedo con los primos del Cádiz se deterioraron. Los cadistas son raros, y tienen de presidente a un sevillano que es Vizcaíno. No son como los de Oviedo, que tienen capital mexicano, lo contrario de los antiguos indianos. Hubo algunas controversias, sí. Pero, a día de hoy, la prima de Oviedo es más hincha del Cádiz CF que Macarti si volviera. Pues necesitan que los nuestros ganen en Valladolid sí o sí. Pues si no es no, se quedarán en la Liga 1/2/3, sin mayores discusiones.
POR culpa de no haber estudiado Memoria Histórica, se presentan como nuevos ciertos acontecimientos que son habituales. Ahora se arruina un banco y parece que es la primera vez que ocurre. Nos llama la atención que el Banco de Santander (que ya absorbió otros bancos igualmente arruinados) ha comprado el Popular por un euro. La buena gente dice: “¡Hay que ver cómo están los bancos!”. De haberlo sabido, hubiéramos invertido cinco euros en comprar cinco bancos. Seríamos como la familia Botín. Bueno, aparte del euro, le ampliarán el capital en 7.000 millones. Pero lo que no recordamos es que Cádiz, como en todo, fue pionera en los bancos. Y que una parte de la decadencia de esta ciudad viene de ahí.
CON tantos debates religiosos ecuménicos como tenemos en la ciudad de Cádiz, siendo ya el mes de junio, hay que mencionar también el Ramadán. Este año comenzó el 27 de mayo y se prolongará hasta el 25 de junio. Al Ramadán de los musulmanes le pasa lo mismo que a la Pascua de los judíos y a la Cuaresma de los cristianos, que se vincula a la luna. En este caso, es el noveno mes del año lunar, según el calendario musulmán. Pero no tiene una fecha fija, si lo comparamos con nuestro calendario, que es el gregoriano católico romano, aunque también existe el juliano de los ortodoxos orientales. Ninguno coincide con el 28-F todos los años, para desgracia de María Romay y los comparsistas que le siguieron el mal rollo.
SI ustedes no han visto todavía la exposición del Tricentenario, ubicada en la Diputación, vayan a verla. Con estas exposiciones casi siempre pasa lo mismo. Al día siguiente de la clausura, muchos se lamentan de que no pudieron verla. Así que mejor pronto que tarde. Coincidí con Fran González, el diputado del Tricentenario, algunos días después de ocurrir lo de Pedro y el lobo, y me preguntó al respecto. No por el PSOE, sino por la exposición. Yo le respondí que bien, pues me consta que está montada con ilusión, y además incluye documentos y piezas notables para conocer mejor el Cádiz del esplendor. Quizá lo peor es la ubicación. El edificio de la Diputación cumplió las funciones de Aduana en aquellos tiempos, pero el claustro no cuenta con las mejores calidades expositivas para mostrar ese material.
ESA ciudad llamada Cádiz tiene en sus entrañas el espíritu de la contradicción. Donde hay un gaditano (o una gaditana), en realidad hay dos. Igual que existe el lado claro y el lado oscuro. El mismo Kichi, cuyo segundo apellido es Santos, le puede decir sí o no a un santo, depende. Y lo mismo ha pasado con la hostelería. Es una industria potente. Recuerden que antes sólo se hablaba de los astilleros, que hoy toca manifestación, que la Bahía se muere, ¡ay! Pero ahora se diría que en Cádiz sólo viven camareros. Antonio de María se mete en todos los fregados, a veces sin comerlo ni beberlo, a veces sin manchar un plato. De modo que aquí no se mueve nada sin preguntar si es bueno, o es malo para la hostelería. Martín Vila es el único que no se entera, y le ha dado por suprimir veladores, y Fran González lo llama Pancho.