SORPRENDE la aparición, de pronto, entre los carnavaleros, de algunos que son más papistas que el Papa. Remiten a Francisco para la absurda pretensión de implantar fechas fijas y volver a las Fiestas Típicas Gaditanas. Más o menos, vienen a decir que el Papa es partidario de una Semana Santa de fechas fijas (lo que también equivaldría a un Carnaval fijo). Pero lo que no dicen es que esa propuesta la planteó hace dos años, en junio de 2015, y actualmente está descartada. El Papa no va a hablar del Carnaval fijo en su viaje a Fátima. Aparte de que no es exactamente así, pues lo que intentaba es unificar la celebración del día de la Resurrección entre todas las iglesias cristianas.
ES un asunto chungo, pero conviene recordarlo para tenerlo en cuenta. La intención del Ayuntamiento de Cádiz de atraer más gente a la ciudad, en el fin de semana de la Motorada, ha sido un fracaso. Principalmente, porque estaba mal planteado. Es discutible que se organice una competencia con Jerez y El Puerto, que llevan mucha ventaja en atractivos para los moteros. Pero es imposible que salga bien cuando las alternativas son muy flojitas, si se compara con el potencial de nuestros municipios vecinos. Así lo único que se consigue es hacer el ridículo.
ES raro que una novela alcance el éxito de Patria, de Fernando Aramburu. Es el libro más vendido en 2017 (y desde que se publicó en 2016). A las masivas ventas (casi 300.000 ejemplares), propias de otros tiempos, se ha sumado el Premio de la Crítica a la mejor obra de narrativa, y el premio Francisco Umbral al mejor libro de 2016. Es un éxito de crítica y público. Ahora, cuando se celebra la Feria del Libro de Cádiz, es buen momento para recomendarlo. No es un best seller en plan thriller. Y, aunque se basa en un lenguaje coloquial, todo está medido para definir y completar una obra de referencia, que culmina lo esbozado en los relatos de Los peces de la amargura y en su novela (corta) Años lentos. Se publicó en el momento justo: cuando se consumaba el fracaso de ETA.
UN amigo capillita me abordó a la salida de una misa de acción de gracias y me dijo: “¿Sabe usted lo que le digo yo?”. No lo sabía. Su propuesta me desconcertó: “Pues que yo estoy muy de acuerdo con Kichi y con María Romay, que quieren poner una fecha fija en el Carnaval de Cádiz, por la cara, para aprovechar la fiesta del 28 de febrero. Es verdad que eso va a dejar a Cádiz como el sitio más raro del mundo. Es verdad que eso es volver a las Fiestas Típicas Gaditanas. Es verdad que algunos capillitas están indignados, porque van a rebañar media Cuaresma. Pero también es verdad que esto es muy ventajoso para nuestra Semana Santa, si el obispo Zornoza nos lo permite”.
YA lo escribí ayer: en solemnidades como esta de la Motorada hay muchos malanges y esaboríos que se piran de Cádiz. Y algunos, como este buen jeque de los Emiratos Árabes, que es hermanastro del emir (o sea, que tiene muy pocas posibilidades de ser emir), incluso se ha ido con su megayate. Una pena, porque el Yas ya no se verá. Y era más guay que los catamaranes de la Bahía. No se había inscrito, que yo sepa, en la Gran Regata que está organizando el Ateneo, donde hay mucha afición a los yates por la parte de Moncho Pérez Díaz-Alersi, Hans el alemán y algunos más. En general, aquí la gente lisa y llana nunca ha visto con buenos ojos los yates ni el Náutico. Puede que por envidia.