LA oposición municipal de Cádiz parece que la ha montado Kichi con algunos fontaneros de Unidas Podemos. Ni a idea le saldría mejor. Decían en la izquierda gaditana que la oposición de los socialistas a Teófila Martínez era de risa, porque tiraban la toalla al ring antes de empezar los combates, y las criaturas iban a los plenos como los mártires al circo de Roma. María de la O, Rafael, Marta… Pasaron por el suplicio, mientras otros compas ejercían el papel de alcaldables de salón. La gente decía: “¡Qué buen alcalde sería Rafael!”, o el que sea, pero se veía más raro que un astronauta de ministro. Después llegó Fran, que también fue inmolado en los tiempos de Kichi. Ahora lo del PP y Ciudadanos es realmente inaudito.

ESTE año la Cabalgata de los Reyes Magos de Cádiz pasó sin polémica. Es una tradición gaditana despotricar de esa Cabalgata. Puede que esta vez hayan influido algunos factores anexos. Por ejemplo, la coincidencia con la investidura de Pedro Sánchez, que montó una votación el 5 de enero, porque tenía unas prisas espantosas y España no podía estar sin Gobierno tanto tiempo, y cuando sale elegido se toma una semana de descanso para nombrar a los ministros. Otro flojo, que diría Juancho. Y también hay que tener en cuenta la mediática presencia, entre la monarquía mágica, de Alejandro Sanz y la Niña Pastori, así como Antonio Martín, un rey mago con Medalla de Andalucía. El caso es que la cabalgata ha tenido poca literatura, así que vamos a contribuir un poco.

LA gente ya está frotándose las manos, ante lo que se les viene encima. Ahora empieza lo bueno de verdad. También se frotan los bolsillos, por si queda algo para las rebajas de la cuesta de enero. Ya no saben qué hacer para fastidiarnos, pero el Carnaval existe y puede con todo. Algunos maliciosos dicen que el partido de Kichi se debería denominar Carnaval Existe, y así su programa de gobierno encajaría a la perfección. Hay una parte de la gente (poca, eso sí) que es muy retorcida y le está buscando los tres pies al gatopardo. Al llegar estas fechas, una vez que pasaron los Reyes Magos con su cabalgata de famosos monarcas, han empezado las conjunciones astrales más enrevesadas.

A la presentación de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno le ha faltado solemnidad. Aunque sean anticlericales, se deberían fijar más en el protocolo del Vaticano, que cuida esos detalles divinamente. A la presentación de Pedro Sánchez (con el trabajito que le ha costado y lo reñido que ha sido) le hubiera sentado bien una fumata blanca, cuando ya se sabía que lo había conseguido por 167 a 165, en la prórroga (y con los independentistas de ERC y los proetarras de Bildu haciendo su trabajito), de modo que hubiera salido el humo blanco por la trasera del Congreso de los Diputados. En la Carrera de San Jerónimo algunos paseantes hubieran creído que sus señorías se estaban ventilando unos porros, después de lo que se ha escuchado allí, pero las personas más preparadas lo hubieran entendido a la primera, digo a la segunda.

GUSTE o no guste, Pedro Sánchez será investido hoy presidente del Gobierno. El domingo pasado, una tal Mertxe Aizpurua, de los proetarras de Bildu, tuvo una intervención escandalosa, pero Pedro Sánchez, cuando subió a hablar, no defendió al Rey, ni condenó a ETA, cuyos herederos se van a abstener para que él gobierne. Por un puñado de votos se olvida hasta la dignidad. Después, cuando los diputados votaron, se vio que la culpa de tener a Pedro Sánchez de presidente, no es sólo de su pacto con Unidas Podemos y los acuerdos con los independentistas de ERC y los proetarras de Bildu, sino que además, entre otros, será presidente hoy gracias al voto de oro de Teruel Existe.