EL deporte municipal en Cádiz es desastroso. No hay instalaciones dignas de una capital de provincia, no se fomenta bien el deporte de base, y se están quedando al margen de la realidad de los gaditanos y las gaditanas. Sin embargo, el Instituto Municipal de Deportes ha saltado a la actualidad por una polémica que debía ser secundaria, relacionada con el contrato de limpieza, tras aprobarse el pliego de condiciones a pesar del informe contrario de la intervención municipal. El PP se opuso con Juancho Ortiz, mientras que el gobierno municipal de Adelante y el PSOE (que sin Fran ya le hace la ola a Kichi) lo han justificado, porque van a mejorar las condiciones de los trabajadores. Como si esa mejoría fuera suficiente para pasarse por el forro los criterios de un interventor. Cádiz no debería ser como Venezuela.

TODAVÍA hay políticos que actúan como si las obras públicas salieran gratis. Sobre todo en la oposición, porque cuando gobiernan y pagan se comportan al revés. Es lo que ha ocurrido en la autopista de peaje AP-4 entre Sevilla y Cádiz. Desde que ejercía Ana Pastor, del PP, como ministra de Fomento, ya anunciaron que el peaje terminaría en diciembre de 2019 y no sería prorrogado. Después, el ministro José Luis Ábalos, del PSOE, confirmó ese compromiso. Sin embargo, desde ayuntamientos como Los Palacios, han seguido pidiendo que se adelante el rescate, aunque faltan pocos meses. Olvidando que saldrá gratis, mientras que rescatarlo tendría un coste para todos los españoles, no sólo para los que pagan el peaje. Aunque ya se ha visto que gratis tampoco saldrá.

APARCAR en Cádiz durante el mes de agosto se va a convertir en una odisea. Ulises y Penélope se van a hartar de dar vueltas, excepto que aflojen el bolsillo y pasen por el cajero automático de Emasa, o de otras empresas que viven de ese negocio. La disminución de aparcamientos en Cádiz con las obras del carril bici tiene la culpa, según dicen los enemigos de la bicicleta y los conductores furibundos. Pero no se trata sólo de que Kichi y su fiel Martín Vila hayan eliminado aparcamientos a punta pala, y hayan creado zonas naranjas para cobrar a los vecinos indignados, sino la forma de hacerlo. Y el momento histórico. Ahora llega el mes de agosto, que es cuando Cádiz se parece a lo que debería ser Cádiz. Gana como 20.000 o 30.000 veraneantes que no están empadronados. Muchas de esas criaturas tienen coches y no saben qué hacer con ellos.

PARA llegar al Senado hay dos vías: por las urnas o por la cara. No es exactamente así, sino que un candidato puede ser elegido en las elecciones generales, o bien puede ser designado por su partido en el cupo autonómico. Sin embargo, es muy raro lo que ha conseguido el socialista isleño Fernando López Gil, que fue delegado provincial de la Junta y posteriormente viceconsejero. López Gil fue eliminado de la candidatura al Senado por la dirección central del PSOE. Era el día en que se agitaron los cuchillos contra los susanistas en la madrileña calle Ferraz. Pero, posteriormente, se han renegociado estos asuntos. Y así la dirección del PSOE de Andalucía ha nombrado a Fernando López Gil senador autonómico. Lo mismo que estaba previsto, pero a posteriori y sin urnas.

MONTAR en Cádiz una trifulca de los taxistas contra Uber no tiene sentido. Supone extrapolar un conflicto inexistente en la ciudad. Cádiz no es como Madrid ni como Barcelona, donde Ada Colau le echó leña al fuego. Ni siquiera como Sevilla o Málaga en el contexto andaluz. A efectos del transporte público, en la capital gaditana se dan unas circunstancias peculiares, derivadas de su corta extensión, su insularidad, la falta de un aeropuerto (situado en Jerez) y la carencia de grandes centros comerciales (que están en otros municipios metropolitanos). A lo que se añade un buen servicio de transporte público y unos taxis baratos. El negocio en el que competirá Uber es como vender hielo en el Polo Norte.