EL Cádiz CF ha elegido la Puerta de Tierra para presentar sus camisetas de la temporada 2019-2020. Esta decisión ha sido llamativa, pues ha reconocido al monumento gaditano un valor emblemático que a veces se le regatea. Yo no voy a valorar si las nuevas camisetas de Adidas son más bonitas o más feas. En los tiempos de Irigoyen, se formó un escándalo con aquella camiseta surrealista que parecía un pijama, cuando jugaban Carmelo, Kiko, Quevedo, Arteaga, Barla y demás. Un equipo que tenía a siete u ocho gaditanos entre los titulares. Al elegir ese lugar, el Cádiz se pertrecha en lo alto de las murallas desde donde se defendía a cañonazos la ciudad. Una defensa a ultranza, como gusta a Cervera, que tiene apellido de almirante.

ESTÁ en su fase terminal una de las obras más importantes para el futuro de Cádiz como ciudad transitable. Me refiero al derribo de los edificios de la calle Cooperativa, con salida a la avenida de Juan Carlos I (o del soterramiento). Una obra que avanza a buen ritmo. Cuando concluya el derribo de los 72 pisos, cuyos vecinos fueron realojados, quedará el espacio necesario y suficiente para terminar la Gran Avenida Transversal de Extramuros. Es decir, la avenida que unirá el nuevo puente de Cádiz con el Paseo Marítimo, atravesando toda la zona de Puerta Tierra a lo ancho. Será entonces cuando se puedan aprovechar mejor las posibilidades que ofrece el nuevo puente para vertebrar el tráfico en la ciudad.

ENTRE las novedades del equipo municipal de Cádiz, que comanda nuestro alcalde Kichi, una de las que ha causado expectación es la concejala de Cultura y Fiestas. La unificación es un acierto. A eso se suma que ejerce este cargo Lola Cazalilla Ramos, licenciada en Historia del Arte. Es decir, una señora que tiene una carrera terminada, aunque es nueva en la política. Algunos que ya la hemos saludado coincidimos en que no parece de Podemos. Esto se puede interpretar como un elogio (que es como lo planteo), o como una crítica. Pero en modo alguno quiero poner a los indignados de los sueldos en contra desde el minuto 1. Me refiero a que parece una concejala de verdad.

LA buena gente dice: “las obras del Paseo Marítimo, con su carril para patinetes, digo para bicis, es lo mejorcito que hizo el Ayuntamiento de Kichi en sus cuatro años anteriores”. La mala gente dice: “Para una cosa que hizo el equipo de Kichi medio bien, resulta que es una obra de la Junta de Andalucía”. Yo no le quiero quitar la ilusión a Martín Vila, que está con el Paseo Marítimo como un niño con zapatos nuevos. Eso se decía antes, la verdad, ahora se dirá como una niña con zapatillas de Vans o de Converse nuevas. Por no dispersarnos, se debe reconocer que es una obra. Y que en Cádiz hemos visto tres obras en cuatro años, por lo que tiene un valor sustancial. Pero…

ESTAS cosas sólo pasan en Cádiz. Son patrimonio de la Humanidad gaditana. Ahora resulta que la Dama de Cádiz era un tío, y que el fenicio del sarcófago era una tía y que le dieron un cambiazo. La buena gente pregunta: ¿Por qué no lo dijeron? ¿Cómo es posible que este hallazgo científico se mantuviera en secreto casi 40 años? Y se ha revelado por casualidad. Pues, entiéndanlo ustedes. No lo dijeron porque esto es Cádiz y aquí hay que cantar. Si se hubiera conocido en los años 80, con los cuplés tan verdosos que escribían en el Carnaval de entonces, se hubieran puesto morados, como si fueran de Podemos, que entonces no existía. No lo dijeron por no propagar a las naciones carnavalescas, urbi et orbi, para general cachondeo, que la Dama de Cádiz es un tío.