DESPUÉS de la moción de censura que le montó Santiago Abascal, como si fuera su gurú, se fue Pedro Sánchez a visitar al Papa (a ver si le sirve para algo) y ya se prepara otra vez para el estado de alarma, lo que más le gusta. Pedro va entre el cielo y el suelo, como cantaba Mecano. Ya se les ha descontrolado completamente del todo la gestión sanitaria de la segunda ola. Han vuelto a cometer errores de bulto. Sin embargo, aquí vivimos en los mundos de Yupi, con don Simón al aparato, lo que está en la esencia del desastre. Sólo importa la política de vía estrecha. Vox ha cometido un gran error, ya que las mociones de censura no se organizan para perderla por goleada y dar oxígeno a un Gobierno en apuros.

IMAGINEMOS lo contrario: que un Gobierno del PP y Ciudadanos, con ministros de Vox, decidiera unilateralmente rebajar las mayorías para elegir el Poder Judicial, y así plegarlo a sus intereses. ¿Qué dirían los del PSOE y Unidas Podemos? Sin duda, que la derecha estaba dando un golpe de Estado, para romper los equilibrios de poderes, y mandar a tomar por saco el espíritu del barón de Montesquieu. ¿Acaso no era eso lo que sucedía en el régimen de Franco? ¿Acaso no era eso lo que ocurría en el comunismo prosoviético o en su disfraz bolivariano? Todas las dictaduras se afanan en controlar el aparato del Estado y ponerlo a su servicio.

TODAVÍA hay personas ingenuas, espíritus sublimes, almas puras, que preguntan: ¿por qué España es el país europeo que peor está gestionando la pandemia del Covid-19? Pues por la politización cutre. En este país todo se mide en clave de politiqueo, hasta las próximas elecciones, sin horizontes estratégicos. Mientras Pedro Sánchez pide unidad, él va a su alarma. También hay que tener claras las prioridades de salud, y ser consecuentes, algo que le falla a Isabel Díaz Ayuso. La batallita de Madrid es alarmante, porque nadie sabe lo que hace. No es sólo un problema de la capital de España. Hasta el presidente de la Junta, Juanma Moreno, hombre de por sí malagueño, pidió a los madrileños que no vinieran a Andalucía.

VOLVER a las dos Españas ha creado un fiero ambiente guerracivilista en la campaña del coronavirus. En la primera ola ya se le criticó a Pedro Sánchez su lenguaje bélico, en plan de “esta guerra la vamos a ganar unidos”. Después, en la desescalada, llegó a decir “hemos vencido al virus”. Algunas de sus intervenciones se repasan ahora y son tragicómicas. Para la segunda ola, después del desprestigio que le quedó con la primera, Pedro se ha tomado como objetivo la derrota de Madrid. En la guerra civil pasó lo mismo. Hasta que Franco conquistó Madrid, en 1939, no se acabó. Esperemos que la guerra del coronavirus no dure tres años.

EL Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tiene como objetivo perpetuarse en el poder. No se trata sólo de que la legislatura dure los cuatro años, sino seguir, seguir y seguir. Incluso superar la permanencia de Felipe González durante más de 13 años. Para ello, a falta de una buena gestión (es imposible), tienen como estrategia volver al enfrentamiento de las dos Españas. Ojo: no es una casualidad, sino una causalidad, una intención evidente. Creen que con las dos Españas a la greña llevarán las de ganar, porque recuperarían a personas izquierdistas que ya están desencantadas. Para ello, necesitan agitar los fantasmas de Franco y su tiempo, atacar a la Monarquía y mitificar la República, aprovecharse de la división entre ricos y pobres en vez de corregirla... Buscar la fantasía, ya que la realidad de sus fracasos es muy dura.